Solución a la vista para los bienes de la Franja - Alfa y Omega

Solución a la vista para los bienes de la Franja

El obispo de Barbastro espera que «sean un primer paso para arreglar un conflicto que han creado los políticos y en el que los obispos no nos debemos dejar enredar»

José Antonio Méndez
Varias piezas de la Franja, en el Museo de Lérida. Foto: EFE/Laurent Dominique

Luz al final del túnel en el complejo asunto de los bienes de la Franja. Un litigio en el que hasta ahora la Iglesia se ve con las manos atadas y que enfrenta desde hace dos décadas a los gobiernos autonómicos de Cataluña y Aragón, a cuenta de dos centenares de piezas de arte sacro que pertenecen a la diócesis aragonesa pero que se encuentran, sin embargo, en museos de Cataluña.

La pasada semana, los consejeros de Cultura de Cataluña y Aragón anunciaron la «devolución inmediata» de 53 de las 97 piezas de arte sacro procedentes del monasterio de Sijena, en la diócesis de Barbastro-Monzón, que las antiguas moradoras del convento, las religiosas sanjuanistas, vendieron a la Generalitat cuando abandonaron Sijena para ir a otro monasterio en Cataluña. Una transacción que el Gobierno de Aragón considera «ilegal», y que tras pasar por los juzgados quiere solucionarse ahora por la vía política.

Sentencia ignorada del Vaticano

Hasta ahora, las piezas de Sijena estaban expuestas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, junto a las 112 piezas (algunas expuestas también en el Museo de Arte de Lérida) que constituyen los bienes de la Franja: una colección de obras de arte sacro procedentes de pueblos de Aragón, que en su día pertenecían a la diócesis de Lérida y que, cuando hace 20 años pasaron a formar parte de la de Barbastro, no fueron devueltas a sus parroquias. A pesar de que desde 2005 hay una sentencia judicial de la Signatura Apostólica vaticana para que fuesen devueltas, las autoridades políticas han ignorando el auto, sin que los obispos de Barbastro o Lérida pudiesen hacer nada.

Como explica para Alfa y Omega el obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez Pueyo, «ahora se abre una brecha, un primer paso para arreglar un conflicto que han creado los políticos y en el que los obispos no nos debemos dejar enredar, porque ya está claro lo que hay que hacer».