Una luz (papal) sobre la dictadura argentina - Alfa y Omega

Una luz (papal) sobre la dictadura argentina

Andrés Beltramo Álvarez
El Papa saludó el 23 de marzo a Françoise Tisseau, madre de Marie-Anne Erice, joven franco argentina desaparecida en 1976. Foto: EFE/L’Osservatore Romano

«El eventual Papa argentino que mencionan especialistas volcaría todo el peso del Vaticano en contra de la revisión de los crímenes de la dictadura». Son frases del periodista más crítico con Jorge Mario Bergoglio, que escribió cuando la prensa internacional indicaba la posibilidad de la elección del arzobispo de Buenos Aires. Corría abril de 2005, a días de la elección de Benedicto XVI. Ahora la Santa Sede se apresta a desmentir aquellas previsiones. Bajo el pontificado hecho realidad de ese Papa argentino, se anuncia la apertura de sus archivos sobre el sanguinario Proceso de Reorganización Nacional en el país sudamericano (1976-1983).

Han pasado apenas once años de la publicación –el 10 de abril de 2005– de ese artículo en el diario Página 12 firmado por Horacio Verbitsky. Se titulaba Papabilidades y concluía así: «En pocos días más se sabrá si el colegio de cardenales dispone que ese mismo destino le aguarde a la Iglesia universal y sobre la Argentina caigan las sombras del oscurantismo».

Fue Verbitsky el responsable de colocar (una a una) las piezas mediáticas que conformaron el perfil de Bergoglio como un «entregador», como el responsable del secuestro de dos sacerdotes jesuitas por las fuerzas militares o como «la personalidad más avasalladora y conflictiva de la Iglesia argentina en décadas».

Su elección como Papa, en 2013, puso cada cosa en su lugar. Bergoglio no fue «entregador». Al contrario, más bien ayudó a varias personas a huir de las garras de la milicia. Y entre sus amigas destacan dos mujeres ubicadas en las antípodas del régimen dictatorial: Esther Ballestrino, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, y Alicia Oliveira, jueza y activista por los derechos humanos.

El perro, como llaman al periodista, se equivocó. Y ahora será desmentido una vez más. El Vaticano abrirá sus archivos secretos sobre la dictadura «en los próximos meses», quizás antes de fin de año. Lo confirmó hace unos días Federico Lombardi. En una declaración, el miércoles 23 de marzo, el portavoz papal advirtió de que antes de la apertura se requiere completar un «natural proceso de catalogación del material». Pero aclaró que ese trabajo «avanza con normalidad» y se prevé que quede listo próximamente, «después de lo cual se podrán estudiar los tiempos y las condiciones para la consulta, de acuerdo con la Conferencia Episcopal Argentina, así la cosa es coordinada».

Alegría de las víctimas

«Uno puede decir: abrimos los archivos, pero si no están ordenados no sirven para nada, quizás se encuentran unas cosas y otras no. El problema es la catalogación completa de modo que se puedan consultar sistemáticamente, por lo cual se necesitan meses para que se concluya este trabajo; después se verá cómo organizar la posibilidad de la consulta», agregó Lombardi.

La idea es abrir, al mismo tiempo, los expedientes en Roma y Argentina. Desde el 2012, los obispos de ese país trabajan en ordenar y digitalizar sus carpetas. Ya casi han concluido su tarea, solo les restan unos pocos expedientes. Un especialista que ya trabajó en Argentina sobre este tema se ha establecido en Roma.

La noticia fue aplaudida por los familiares de los desaparecidos. Se trata de la respuesta a uno de sus añejos reclamos. El mismo día del anuncio, y en vísperas del 40 aniversario del golpe de Estado que dio inicio a la dictadura (24 de marzo de 1976), el Papa saludó a la madre y a los hermanos de Marie-Anne Erize, una joven franco-argentina desaparecida en la provincia de San Juan el 15 de octubre de 1976.

Su hermana Marie-Noëlle Erize, que hoy vive en España, explicó: «Que el Papa quiera ahora abrir los archivos, que facilite que se sepa, que esa oscuridad pueda salir a la luz, para nosotros es muy positivo y se lo agradecemos de corazón».

Y apuntó: «El hecho de que sea argentino significa que sabe perfectamente lo que pasó ahí, él fue testigo y presenció, nadie se lo contó, él lo vivió. Por lo tanto él más que nadie sabe los detalles sobre esto, por eso es realmente muy positivo que él quiera que la verdad salga a la luz».