El año de los millones de refugiados - Alfa y Omega

El año de los millones de refugiados

El miércoles, 10 de diciembre, se celebra el Día internacional de los Derechos Humanos. Hace 66 años que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con el objetivo de que la protección de los derechos de las personas formase parte de la agenda internacional

Cristina Sánchez Aguilar
Un niño iraquí en un campo de refugiados

Pero el 2014 ha sido un año difícil para la consecución de este objetivo. Millones de personas han tenido que abandonar su hogar por guerras como la de Siria, Irak, la República Centroafricana o Sudán del Sur. El Estado Islámico y sus escisiones en África Subsahariana siembran el terror en Nigeria, Somalia o Egipto. Una epidemia de ébola se ha descontrolado en el continente africano, por la falta de recursos e interés. Cerca de 3.500 personas han perdido la vida en el Mediterráneo, tratando de llegar a Europa. Más de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo. 57 millones de niños y niñas no van a la escuela. Aumenta la desigualdad en Europa: los ricos son más ricos, y hay más personas viviendo en situación de pobreza. Especialmente en España. Éste es sólo un repaso general al panorama que nos encontramos ante la celebración del 66º Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.

Misiones Salesianas, ante esta situación, pide «a los gobiernos que ofrezcan la protección necesaria y apuesten por los derechos humanos de manera radical». Además, da un dato esperanzador: los miles de misioneros salesianos que hay, ahora mismo, trabajando en 133 países de todo el mundo, luchando por la defensa y protección de los más vulnerables, especialmente de la infancia y la juventud. «Darles educación y una formación de calidad es nuestra manera de ayudarles a salir de la pobreza», explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas. Los misioneros también trabajan para fortalecer el papel de las mujeres en la sociedad, para mejorar el acceso a la salud o en labores de emergencia, «como ocurre en la actualidad en la República Centroafricana, Siria o en las zonas afectadas por el ébola, Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia», añade.

Un atentado de Boko Haram contra los cristianos en Nigeria

España, a examen en derechos humanos

El 2015 es un año crucial para España en el sistema universal de protección de los derechos humanos. En enero, tendrá que acudir al Examen Periódico Universal (EPU), un procedimiento que supervisa la situación de los derechos humanos en todos los Estados miembros de la ONU. Con cierta periodicidad –cada 4 ó 5 años–, estos Estados deben someterse a un examen, especialmente diseñado para garantizar el principio de igualdad entre los miembros de la ONU. La otra cita será en julio, en la revisión del informe periódico por parte del Comité de Derechos Humanos (CDH). Ahora que España ha conseguido un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad, se ve obligado a tener mucho más en cuenta estos mecanismos y las recomendaciones y observaciones.

Una imagen del conflicto en la República Centroafricana

Muchos son los temas a los que España, este año, deberá contestar. Algunos están recogidos en el último Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo, presentado a finales del mes de octubre. En él se ponían de manifiesto, entre otras cosas, los altos niveles de desigualdad, con un dato estremecedor: hay 5 millones de personas en nuestro país en situación de pobreza severa, y en total, 11,7 millones en situación de exclusión. El porcentaje de hogares afectados simultáneamente por problemas de privación material y de pobreza monetaria ha aumentado casi un 50 % en los últimos años y se ceba, sobre todo, con las rentas más bajas. La precariedad afecta, especialmente, a ámbitos como la vivienda y la salud. El 77,1 por ciento de las personas en situación de exclusión están en el paro; el 61,7 por ciento, viven en la calle o infraviviendas; y el 46 por ciento, no puede acceder a medicamentos o al sistema sanitario.

La pobreza y la desigualdad crecen en España

Otro de los temas a revisión son las llamadas expulsiones en caliente en las vallas de Ceuta y Melilla, y el uso de la violencia por parte de algunos representantes de la ley. Hace unos días, varios representantes de instituciones eclesiales que trabajan in situ a uno y otro lado de la frontera sur, solicitaron en un comunicado «la retirada inmediata de la disposición sobre las expulsiones sumarias». El motivo es que dicha enmienda «viola derechos humanos, da cobertura legal a una práctica ilegal, y no va a aportar soluciones a ninguna de las causas por las que las personas migrantes abandonan sus países de origen».