¡Preparados, listos, ya... para anunciar la Resurrección! - Alfa y Omega

¡Preparados, listos, ya... para anunciar la Resurrección!

María Martínez López
Una carrera durante las Olimpiadas de la Resurrección. Foto: Colegio Chesterton

El colegio Edith Stein de Madrid se convirtió el miércoles de Pascua en la sede de las II Olimpiadas de la Resurrección. En esta fiesta tan original participaron 3.000 alumnos, profesores, trabajadores y padres del Edith Stein y de otros dos colegios madrileños, el Chesterton y el Pasteur. El director del Edith Stein, Juan Antonio Perteguer, nos cuenta que les preocupaba que mucha gente celebra más la Semana Santa que la Resurrección de Jesús, y por eso el año pasado «decidimos hacer algo especial el primer día» después de estas vacaciones. El colegio se llenó de actividades para todos los gustos.

Para empezar bien el día, «primero tuvimos una Misa», que presidió el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro. «Nos enseñó que Jesús había resucitado por el amor que nos tiene, y que tenemos que darle gracias y alegrarnos mucho», nos cuenta Celia, que estudia 6º de Primaria en este colegio. «El obispo es muy majo, y nos dijo unas palabras muy bonitas» sobre cómo vivir bien la Resurrección: que hay que «dar y compartir no solo cosas materiales, sino también espirituales. Por ejemplo, acercar a Jesús a los que no creen en Él», explica Francisco Javier, que hace el mismo curso en el Chesterton.

Las Olimpiadas tuvieron hasta llama olímpica. La encendieron los bomberos después de la Misa, y unos niños la llevaron hasta el pebetero que cedió el Comité Olímpico Español. En las competiciones, el equipo de fútbol de Francisco Javier consiguió la medalla de oro, que ahora está encima del crucifijo de su cuarto. «Fue muy especial, porque nos esforzamos mucho y ganamos».

También Celia ganó una medalla, en este caso de bronce, «en atletismo, en la prueba de resistencia. También había patinaje, ping-pong, salto de altura… Y luego estuvimos en el patio bailando». Y Darío, de 9 años, que estudia en el Pasteur, quedó el primero en ajedrez, un juego que aprendió «cuando tenía 5 años, en casa de mis abuelos».

Pero no todo fue deporte. El director del Edith Stein cuenta que «hubo concursos de pintura sobre la Resurrección, y unos alumnos hicieron un grafiti en el patio». Como Jesús resucitado nos enseña a pensar en los demás, «también tuvimos una exposición dedicada a los niños cristianos que son perseguidos en el mundo. Además, repartimos globos de helio en los que ponía “Cristo ha resucitado”». Otros chicos actuaron haciendo obras de teatro, tocando algún instrumento, cantando o haciendo trucos de magia.