Una de cada ocho personas pasan hambre - Alfa y Omega

Una de cada ocho personas pasan hambre

Una de cada ocho personas en el mundo pasan hambre. La crisis ha agravado la situación de los más pobres, según destaca Benedicto XVI, en su mensaje al Director General de la FAO con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación, centrado este año en la importancia de las cooperativas agrícolas. Un día después, el 17 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza: mientras 850 millones de personas, la cooperación española sufre drásticos recortes y ha vuelto a los niveles de 1990, denuncia Manos Unidas, que pide además a los ciudadanos «hábitos de vida y de consumo coherentes

Redacción

Benedicto XVI ha enviado un mensaje al director general de la FAO, José Graziano da Silva, con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación, que se celebró el 16 de octubre, en una situación de grave crisis económica —resaltó el Papa— que cada vez afecta más las necesidades primarias, incluyendo el derecho fundamental de toda persona a una nutrición suficiente y sana.

El Papa reflexiona sobre el tema propuesto para este año por la FAO, Las cooperativas agrícolas nutren el mundo. Según Benedicto XVI, hay que considerar a estas cooperativas como un verdadero instrumento de la acción internacional. Y añade que la Iglesia católica considera el trabajo y la empresa cooperativa como modos para vivir una experiencia de unidad y de solidaridad, capaz de superar las diferencias e incluso los conflictos sociales entre las personas y entre los diversos grupos. Por ello, la Iglesia siempre ha sostenido el modelo de las cooperativas, convencida de que contribuyen al crecimiento humano, social, cultural y moral de cuantos forman parte de ellas y de la comunidad en la que se insertan.

Cáritas, con las cooperativas agrícolas

Caritas Internationalis ha insistido también en la importancia de las cooperativas agrícolas. «Apoyar el cultivo, especialmente a pequeña escala y en huertos, es estratégico», afirma Martine Liebsch, directora de políticas de la entidad. Ayudará «a miles de familias a ser autosuficientes, y ya no tendrán que depender de los distribuidores de comida comercial, ya que «podrán cultivar su propia comida y vender lo que sobre en el mercado». Esto, además, contribuirá a frenar el éxodo del campo a la ciudad.

Cáritas ha difundido ejemplos prácticos de cómo las diversas cooperativas que ha ayudado a poner en marcha han contribuido a mejorar las vidas de muchas familias en países como Haití, Níger y la República Democrática del Congo. Desde este último país, Adèle explicaba: «Ya forman parte del proyecto unas 60 mujeres. Nos dieron semillas de cacahuete, judías y guisantes. Con la primera cosecha compramos semillas de maíz, ¡y mira el resultado! Tenemos dos hectáreas de buen maíz casi listo para la cosecha».

Manos Unidas: 850 millones de hambrientos

Un día después, el 17 de octubre, se celebra en el mundo el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Una de cada ocho personas en el mundo pasan hambre, según resalta Caritas Internationalis.

También Manos Unidas ha expresado su preocupación, a través de un comunicado, en el que resalta que «todavía 1.300 millones de personas siguen viviendo en situación de pobreza extrema en todo el mundo y casi 850 millones pasan hambre, mientras las desigualdades dentro y fuera de los países continúan aumentando. Nuestros modelos de producción y consumo hacen que el crecimiento sea insostenible a largo plazo»; más si se cumple la amenaza de una nueva crisis alimentaria mundial «motivada por las sequías, la fuerte especulación de los alimentos y la compra de tierra en países pobres» por parte de Estados y grandes empresas, añade el texto.

La organización denuncia que «la cooperación española lleva cuatro años sufriendo recortes en términos económicos y se tambalea»: en los Presupuestos generales del Estado para 2013, la Ayuda Oficial al Desarrollo es de sólo el 0,02 %, por lo que vuelve a los niveles de 1990. Manos Unidas, unida a la campaña Pobreza Cero, pide la cooperación como política pública, y que se cumpla el objetivo de dedicar el 0,7 % del PIB a la lucha contra la pobreza en el mundo. Además, insiste en que la política exterior de España debe basarse en la promoción y defensa de los derechos humanos, y las personas deben prevalecer sobre los intereses económicos.

Para lograr estos objetivos, Manos Unidas pide a los ciudadanos que vivan «de manera coherente con el objetivo de luchar contra el hambre y la pobreza en el mundo», asumiendo «hábitos de vida y de consumo coherentes con el momento actual y con la preocupación».