Enfoque - Alfa y Omega
Una oración por Don Miguel

Porque Cervantes es más que un mito literario, entre los actos de homenaje por el IV centenario de su muerte no podía faltar al menos una sencilla oración por el hombre, don Miguel. Monseñor Joaquín Martín Abad, capellán del monasterio de la Encarnación, acompañó el 20 de abril a Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta en funciones del Gobierno, ante la tumba del escritor. Acompañada por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, la también presidenta de la Comisión Nacional del IV Centenario de Miguel de Cervantes depositó una corona de laurel en la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas. Los restos de Cervantes fueron encontrados en marzo de 2015 en este monasterio. El escritor pidió ser enterrado allí por su estrecho vínculo con los Trinitarios, que le rescataron de una prisión de Argel, donde permaneció preso más de cinco años. Esta tarde, a las 20 horas, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, celebrará en el monasterio de las Trinitarias un funeral por los miembros de la Real Academia Española difuntos. Y, cómo no, por el eterno descanso de Don Miguel, el más inmortal de los autores en lengua española.

Cinco mártires para frenar toda violencia

Donato Rodríguez (25 años), Germán García (24 años), Emilio Huidobro (20 años) y Zacarías Cuesta (20 años) son los jóvenes que el pasado sábado fueron beatificados en Burgos junto al sacerdote Valentín Palencia, 80 años después de que los cinco fuesen martirizados durante la persecución religiosa del siglo XX. El domingo, el Papa propuso «su valiente testimonio de fe» ante 70.000 jóvenes reunidos en Roma, e imploró su intercesión para «liberar al mundo de toda las violencias». Porque como había recordado el cardenal Angelo Amato en la beatificación, la memoria de estos mártires es «signo de esperanza».