Sin padre, sin trabajo - Alfa y Omega

Existe una estrecha correlación entre el modelo de familia que la Iglesia define y el óptimo social e individual. Esta es una evidencia ignorada por la sociedad española, como ya apuntaba en mi artículo de febrero (La crisis, el malestar y la familia cristiana).

Continuamente surgen estudios que avalan y enriquecen dicha conclusión: la familia que postula la Iglesia proporciona ventajas seculares insubstituibles. Un último trabajo de Raj Chetty, et al., lo constata una vez más, sin pretenderlo. Chetty es un economista de Harvard, nacido en Nueva Delhi y nacionalizado en Estados Unidos, especialista en economía pública. Su nuevo trabajo publicado en enero, Childhood Environment and Gender Gaps in Adulthood, relaciona los ingresos de los padres y su estatus matrimonial, con la situación laboral de sus hijos a los 30 años, unos diez millones de personas.

Los resultados del estudio pueden resumirse así: sin padre, sin trabajo. Se observa una diferencia negativa en el empleo masculino en las familias monoparentales, que empeora en la medida que los ingresos son menores.

Subrayo dos conclusiones. Los niños –ahora adultos de 30 años– que vivieron en familias completas, padre y madre, poseen una tasa de ocupación muy superior a los que lo hicieron en hogares monoparentales, y ello sucede en todos los niveles de ingresos, también en las situadas en máximos. En ellas, los hijos de padres singles presentan una ocupación de en torno al 80 %, mientras que los hogares con padre y madre bordean el 90 %. Esta ventaja todavía es más fuerte en los hogares con ingresos inferiores. La riqueza no elimina la ventaja de la familia completa, y esta, a su vez, es una protección contra la pobreza.

Pero aún hay más, y es la segunda conclusión, que constituye una novedad. Entre las familias monoparentales, las de menores ingresos, los hombres tienen menores niveles de ocupación que las mujeres. La existencia de familias monoparentales los castiga sobre todo a ellos.

Los autores del estudio plantean que la comprensión de las diferencias entre ambos sexos mejoraría si los análisis partieran de la infancia. También apuntan que aquellas diferencias aumentan la segregación y la desigualdad, y pueden explicar por qué está decayendo la tasa de empleo masculino en Estados Unidos.

Deberíamos esforzarnos en explicar mejor, con datos en la mano, las ventajas del modelo natural de familia, tanto en relación a sus miembros como para la sociedad.