Colaboramas.org, un proyecto de ayuda económica directa a los misioneros - Alfa y Omega

Colaboramas.org, un proyecto de ayuda económica directa a los misioneros

La iniciativa Colaboramas.org es un proyecto creado por la unión de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza y la Fundación de Religiosos para la Salud, con el fin de ayudar a los misioneros religiosos que necesiten ayuda económica para su misión. El martes, Luis Esteban Larra entrevistó a su responsable, Javier Poveda, en El Espejo de la Cadena COPE

Redacción

Esta iniciativa surgió hace dos años, lo que pasa es que quizá muchos no la conocen.
Nace sobre todo porque en el 2008 se constituyó la Federación de Religiosos para la Salud y una de las ideas en la constitución de esa Fundación era estrechar los lazos y el trabajo con los religiosos de la enseñanza. Muchas veces, las congregaciones religiosas en los puestos de misión trabajan en ambos campos, salud y educación, y por tanto aunque hubiera dos fundaciones específicas nos parecía muy importante generar iniciativas conjuntas. Porque la realidad de los misioneros en los países donde están trabajado es que atienden muchísimas veces conjuntamente tanto a la salud como a la educación.

Una iniciativa solidaria a favor de los misioneros se entiende en proyectos llevados a cabo en países de misión, del llamado Tercer Mundo.
Sí. Nosotros el cuarto mundo entendemos que tiene ya unos cauces, y sin embargo, la realidad del Tercer Mundo, aunque pensemos que es conocida y reconocida, muchas veces es porque nos asalta. Nos ha pasado ahora con la experiencia del ébola. Los africanos tienen nombre y apellidos, somos tú, yo, nuestros padres o un hermano nuestro o nuestros hijos. Cuando uno a los problemas les pone nombre y apellidos, entiende muchas de las circunstancias de este mundo.

El nacimiento de esta iniciativa coincidió con la reducción de las ayudas oficiales al desarrollo en los países del Tercer Mundo, muchas de las cuales también estaban en manos de religiosos.
El proyecto de constituir la fundación y en trabajo conjunto entre la Federación de Religiosos para la salud y la FERE no está motivado por esta realidad, pero nos ocurre que no es que esté habiendo recortes, en el tema de cooperación técnicamente más que de recortes tendríamos que hablar de la casi supresión. Pero esto se une a lo anterior, como estos recortes percibimos que no nos afectan, estamos haciendo pagar la fiesta que han vivido algunos aquí a los que no sabían ni que había fiesta. Es cierto que las grandes instituciones tienen que hacer. Pero ¿y yo qué puedo hacer?

Había que buscar un nombre a esta iniciativa y es Colaboramas, como estamos indicando. No sé si estás tú detrás de ese nombre.
Sí, el objetivo de Colaboramas es que muchas veces pedimos a la gente ayuda y hace esfuerzos. En general tenemos que tener la conciencia de que mucha gente es generosa y comprometida. Pero siempre es como el Evangelio, ¿podemos hacer más? Es decir, que no nos quede nunca la duda de si en nuestro día a día nos hemos olvidado de alguien. Y es un más que es de pocos. Muchos pocos pueden hacer mucho, y esta es la fuerza de esta iniciativa. Buscamos proyectos que no van a ser financiados por subvenciones porque a lo mejor no las hay, o no apoyan en ese país, o porque no están trabajando los organismos de cooperación. Y sin embargo, con muchos pocos los misioneros directamente haciéndoles llegar estas ayudas pueden multiplicar casi como el ciento por uno. El año pasado con el tifón conseguimos dotar en una zona de Filipinas de una sala de partos y ayuda escolar para cien niños y reconstruimos cuatro escuelas con poco dinero. Este año queremos darnos cuenta de la situación del ébola, y lo primero es ser agradecidos a los que han dado su vida atendiendo a los enfermos, al padre Miguel, al hermano Manuel y a los que como ellos siguen estando allí, y que si tuvieran que dar su vida mañana la seguirán dando. El segundo objetivo del proyecto de este año es hay que abrir el área materno-infantil del hospital de Lunsar de los Hermanos de San Juan de Dios. Porque se ha cerrado todo por miedo al contagio, pero es que sigue habiendo las enfermedades tradicionales, sigue habiendo malaria, sigue habiendo embarazos de riesgo, sigue habiendo la necesidad de atender a la población. Y luego ¿dónde están los más pobres de los pobres? Esas familias que necesitan tener un periodo de reclusión y de cuarentena para controlar la enfermedad ¿cómo hacen para alimentarse? ¿Cómo van a poder salvarse del ébola si no se les cambian los colchones donde duermen y con sudor pueden estar teniendo ese contagio? ¿Cómo le dices a una familia pobre que tienen que tirar sus colchones y encerrarse 21 días si no le das de comer, si no le provees de lo que necesita para poder pasar esa cuarentena? La gran ventaja de Colaboramas es que no necesitamos enviar equipos ni enviar personas, están allí. Son los misioneros y directamente a través nuestra podemos llegar a sus manos. Es una ayuda directa.

¿Cuáles son esas formas de ayuda con Colaboramas.org. Sólo sabemos que hay una página web que estarán consultando muchas personas. Pero ¿cómo podemos colaborar con esta iniciativa solidaria a favor de los misioneros?
Lo primero es ayudar a difundir y a sensibilizar. Estamos en redes sociales, en Twitter, en Facebook. Dadle a me gusta, pasad esa información. Hay que hacerlo ver y darlo a conocer. Lo segundo, tres maneras muy sencillas: la primera es un SMS. Todos tenemos un móvil que puede mandar un mensaje y ese donativo de 1’20 euros irán al proyecto. Es enviar AYUDA GRACIAS al 28099. La segunda manera de colaborar en esa página de internet colaboramas.org es un número de cuenta en la que se pueden hacer los donativos. El compromiso tanto de la Fundación de Religiosos como de la FERE es que íntegramente todas esas donaciones van a ir canalizadas al proyecto. La tercera vía es ser capaces no sólo de ayudar hoy, sino de hacerlo de manera sostenible. Hay un formulario también en esa página web donde se pude decir: yo quiero que esta cantidad que yo fijo y con esta periodicidad se destine íntegramente a proyectos de misioneros. Gracias a los misioneros podemos tener la conciencia tranquila de que ayudamos personas a personas.

Esto no es una iniciativa sólo por Navidad, por aquello de que en nuestra solidaridad o el espíritu generoso se amplifica por estas fechas, sino que esto dura todos los días del año.
De hecho nosotros también hemos enviado el año pasado materiales para los colegios. Es importante darse cuenta de que esto es una clave de interpretación de la realidad, esto no es porque haya venido el ébola y haya infectado a una enfermera que gracias a Dios se ha salvado. La realidad del Tercer Mundo es una realidad que nos afecta, con la que convivimos, y que algunas veces incluso nos aturde. La cuestión es cómo dar un paso de ese aturdimiento y ese dolor a una solidaridad y a una efectividad que nos hagan poner solución en nuestra medida a los problemas. Y eso ocurre los 365 días del año.

Javier, cuéntanos un poco cómo ha sido la acogida en esas redes sociales, que es como se ha dado a conocer y cómo habéis venido recibiendo ayuda en estos dos años desde que comenzó la iniciativa y sobre todo cuál ha sido el eco en los misioneros.
La última experiencia la hemos tenido a través de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, que ya nos han hecho el trabajo de contactar con las congregaciones en Filipinas, congregaciones de las que no teníamos noticia aquí en España porque no todas las congregaciones son españolas. Muchas veces pensamos que los misioneros sólo son españoles. Hay congregaciones que no tienen su origen ni tradición aquí en España, ni comunidades o casas, y sin embargo pueden estar trabajando. Lo que resulta más maravilloso es ver la capacidad de la vida religiosa en su conjunto de trabajar en red, cómo una congregación puede ayudar a detectar necesidades de otras congregaciones y poder ser cauce para colaborar en la construcción, por ejemplo, de cuatro colegios de cuatro congregaciones diferentes de las cuales nosotros no teníamos noticia. Eso es un valor que tenemos que ponerlo en alza. Muchas veces la gente percibe la Iglesia como segmentada. Y yo creo que una gran fortaleza de la vida religiosa es que es una red, y cuanto más somos capaces de trabajar en red, mejor vemos cuántas cosas y qué buenas podemos hacer.