«Construimos una obra de misericordia» para atender personas en riesgo de exclusión - Alfa y Omega

«Construimos una obra de misericordia» para atender personas en riesgo de exclusión

Redacción

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha presentado este lunes por la tarde el centro Pere Oliveras, un nuevo equipamiento social para atender personas en riesgo de exclusión social y que gestionará Cáritas Diocesana de Barcelona en el barrio de Sants de la capital catalana.

«Aquí construimos una obra de misericordia», ha afirmado el arzobispo en el complejo parroquial de Santa María de Sants.

El proyecto lleva el nombre del mosén Pere Oliveras, un capellán del barrio de Sants que se dedicó a los más necesitados «y dejó en el barrio una gran huella y testimonio de vida cristiana», ha destacado el rector de la parroquia Josep Maria Socias.

Con los niños en riesgo de exclusión

Días antes, el viernes 29 de abril, monseñor Omella acudió a visitar a los niños del Centro Abierto de Torré Baró, gestionado por Cáritas Diocesana de Barcelona, y que realiza actividades lúdicas y formativas con los niños del barrio que se encuentran en situación de riego.

La visita del arzobispo de Barcelona sirvió para mostrarle el trabajo que Cáritas lleva a cabo en uno de los distritos más humildes de la ciudad de Barcelona, y de esta manera conseguir una mayor implicación del arzobispado en la suma de esfuerzos para hacer frente a la problemática que rodea a los niños y jóvenes que asisten.

El director de Cáritas, Salvador Busquets y el jefe de Acción Social de la entidad, Eduard Sala aprovecharon la visita de monseñor Omella para reunirse con él.

El Centro Abierto, que actualmente acoge a 38 niños y niñas de entre 6 y 14 años, nació en 1990 como una alternativa al internamiento de los niños en riesgo. A día de hoy, la tarea de los educadores del centro vela por la evolución en el proceso de escolarización de los niños, detectar posibles situaciones de riesgo, dar una atención personalizada que ayude a su desarrollo y conseguir una mayor implicación de las familias.

Un «huerto» en crecimiento

Tras conocer algunas de las problemáticas, los niños pudieron conversar con el arzobispo. Antes de concluir la visita, Omella agradeció a los educadores su perseverancia, dedicación e implicación, pues son valores esenciales para el desarrollo y futuro de estos pequeños.

Efe / Redacción