Las 19 sofías de Toro cumplen 700 años - Alfa y Omega

Las 19 sofías de Toro cumplen 700 años

Victoria Esteban
Una de las religiosas, junto al coro, durante la Eucaristía del 25 de septiembre. Foto: Diócesis de Zamora

El riesgo de las crecidas invernales del río Duero llevó a la reina María de Molina a ceder su palacio en la ciudad de Toro (Zamora) a unas monjas. Han pasado 700 años de aquello, y la comunidad de religiosas Canónigas Premonstratenses de Santa Sofía de Toro celebran este año su VII centenario de presencia ininterrumpida en la ciudad.

A pesar de poseer un nombre tan extenso, e incluso complicado de pronunciar, los vecinos toresanos siempre se han mostrado muy cercanos a esta comunidad de religiosas de clausura, que son conocidas popularmente como las sofías, en honor a la imagen titular del templo.

La vida en comunidad es su carisma: «Para nosotras significa vivir con una sola alma y un solo corazón. Todo se pone en común: la oración, el trabajo, la mesa, las recreaciones, las alegrías y sufrimientos de los hombres… La común-unión es el centro de nuestra vida, porque queremos formar una comunidad de caridad y de fe», explica una de las 19 monjas contemplativas que viven en el convento.

«Volvería a escoger esta vida»

Precisamente la buena sintonía y la comunión entre las hermanas ha sido el pilar fundamental para una de las religiosas más ancianas de esta comunidad: «A los 21 años ingresé en este monasterio. Aquí siempre he sido muy feliz, me he sentido amada por Dios, contenta con mis superioras y con mis hermanas de comunidad. Ahora tengo 97 años, y si volviera a nacer de nuevo, otra vez escogería esta vida. Por eso invito a las jóvenes a que vengan a conocernos y a participar de nuestra vida, que es una vida feliz».

Foto: Diócesis de Zamora

Conferencias, convivencias…

Para celebrar sus 700 años de presencia en Toro y brindar la oportunidad a otras jóvenes a conocer su carisma y espiritualidad, las premonstratenses de Santa Sofía han elaborado un programa de actos para todo este curso, con el que buscan abrir aún más las puertas de su vida contemplativa y darse a conocer. Un programa que comenzó el pasado 25 de septiembre con una Misa presidida por el obispo de Zamora, monseñor Gregorio Martínez Sacristán, y a la que asistieron un gran número de torensanos que pudieron compartir con las religiosas la celebración sin tener entre medias la reja conventual.

El programa también se han incluido conferencias, conciertos, y convivencias para aquellas jóvenes que quieran conocer durante unos días la vida conventual. Una vida que este domingo tendrá un momento destacado, con la celebración de la Jornada Pro Orantibus, con la que la Iglesia se une a sus comunidades contemplativas.

Fundadas en 1121

La de Toro pertenece a la Orden Premonstratense, fundada por san Norberto en 1121, en el valle francés de Premontré, del que toma nombre. Su misión era y es vivir como la primera Iglesia de Jerusalén, poniendo todo en común.

La comunidad de Zamora fue una de las primeras en fundarse, y existe desde 1162. Primero habitó en el monasterio de San Miguel de Gros, más tarde se trasladó a la casa de Santa Sofía en Pobladura de los Huertos, en la vega toresana; hasta la cesión que en 1316 les hizo la reina María de Molina por el riesgo en que las ponían las crecidas invernales del Duero.

La Eucaristía es el centro de la espiritualidad norbertina: la Misa, la adoración eucarística, la alabanza solemne en el coro… La devoción a la Virgen, el espíritu de penitencia continua y el celo por las almas completan su espiritualidad.

Además, al tener el rango pontificio de canonesas, similar al del canónigo catedralicio, estas religiosas representan a todos los fieles de la diócesis cada vez que hace su oración comunitaria en el coro. Una distinción que llevó a Pío XI a decir de los premonstratenses: «Lo mismo que los obispos tienen a sus canónigos para cumplir la oración pública en nombre de su diócesis, vosotros sois mis canónigos, no por una diócesis sola, sino por la Iglesia universal».