El nuevo arzobispo de La Habana aboga por la continuidad del diálogo Iglesia-Estado - Alfa y Omega

El nuevo arzobispo de La Habana aboga por la continuidad del diálogo Iglesia-Estado

Durante la homilía, señaló a los educadores católicos que enseñar es «un regalo que permanece toda la vida y una misión esencial de la Iglesia» y animó a constituir nuevas familias dentro del matrimonio, así como a «vivir, trabajar, estudiar, convivir y morir en paz»

Redacción

El nuevo arzobispo metropolitano de La Habana, monseñor Juan de la Caridad García, abogó por la continuidad del diálogo entre la Iglesia Católica y el Gobierno de Cuba, durante la Misa que presidió este domingo tras tomar posesión de su cargo en la catedral de la capital cubana.

«Su presencia aquí nos alienta y nos anima a continuar con el diálogo que puede ser más eficaz, más real para que la Iglesia pueda encontrar otros espacios propios de su misión evangelizadora, litúrgica, educativa y caritativa», dijo el prelado al saludar al vicepresidente cubano, Salvador Valdés, y la jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, Caridad Diego, presentes en la ceremonia religiosa.

Monseñor García estuvo acompañado por su antecesor en el cargo, el cardenal Jaime Ortega, a quien el Papa aceptó, en abril, su petición de retiro como arzobispo de La Habana por sobrepasar los 75 años de edad, tal y como establece el Código de Derecho Canónico.

Durante el rito de toma de posesión, el cardenal Ortega invitó al nuevo arzobispo de La Habana a ocupar la Cátedra y le entregó el báculo pastoral. De la Caridad recibirá el palio de manos de Francisco el próximo 29 de junio en la celebración de la Solemnidad de los santos Pedro y Pablo que tendrá lugar en Roma.

El canciller de la Arquidiócesis, monseñor Polcari, leyó las Letras Apostólicas (Bula Papal), donde el Pontífice dice que monseñor García fue considerado «apto» para su nombramiento como arzobispo de La Habana por sus «reconocidas cualidades intelectuales y morales» además de gozar de «amplia experiencia» en el ejercicio de la labor pastoral.

La opción preferencial por los pobres

En su primera eucaristía, el nuevo arzobispo de La Habana recordó el lema de su ordenación sacerdotal «a dondequiera que me envíes, iré y todo lo que me mandes diré» y afirmó que en su misión son «destinatarios preferidos» los pobres, los ancianos, los presos y los descartados del rebaño.

Asimismo señaló a los educadores católicos que enseñar es «un regalo que permanece toda la vida y una misión esencial de la Iglesia» y animó a constituir nuevas familias dentro del matrimonio, así como a «vivir, trabajar, estudiar, convivir y morir en paz».

Monseñor García estuvo acompañado por miembros de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y obispos invitados de España, Venezuela, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami, entre los que se encontraba monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española.

Entre la multitud de fieles, diáconos, sacerdotes y religiosos y religiosas de distintas congregaciones y diplomáticos que abarrotó la centenaria catedral habanera, también estuvo un grupo de representantes de la comunidad católica de la arquidiócesis de Camagüey, donde monseñor García se desempeñó como arzobispo hasta hace unos días.

«Es un pastor de verdad, espero que siga en el arzobispado de La Habana su misión, su caridad, su misericordia con todos los fieles, los más enfermos y los más pobres, a las que siempre está cercano, y se que va a seguir en esta diócesis haciendo lo mismo, y que nos siga recordando y amando», dijo María Rosa Rodríguez, de la parroquia Santa Ana, de la ciudad oriental de Camagüey.

Datos biográficos

Juan de la Caridad García nació en Camagüey el 11 de julio de 1948 y realizó estudios filosóficos y teológicos en el Seminario de San Basilio Magno en El Cobre, Santiago de Cuba, y en el Seminario San Carlos y Ambrosio de La Habana.

Fue ordenado sacerdote el 25 de enero de 1972 y ejerció los primeros años de su ministerio en la diócesis de Ciego de Ávila.

El 15 de marzo de 1997 fue nombrado obispo auxiliar de Camagüey y cinco años después fue elevado al rango de arzobispo de esa diócesis.

Efe / Redacción