Acompaño a tres hijas que despiden en el tanatorio a su madre - Alfa y Omega

En el mes de mayo, mes de las flores, los cristianos honramos especialmente a la Virgen María. En su seno el Verbo de Dios fue tomando carne y sangre de humana criatura.

El pueblo creyente se postra ante esas imágenes que representan a María cercana, con su niño en brazos, o con el Crucificado reposando en su regazo. Vírgenes a las que rezar, tocar, besar, llevar en procesión, enraizadas en los diversos rincones de nuestra geografía. El primer domingo de ese mes celebramos también el día de la madre.

He acompañado a tres hijas que despiden en el tanatorio a su madre que ha colmado, en plenitud, su camino en la tierra. Les ayudo a rememorar en ella la encarnación de María bajo la advocación de la Virgen del Brezo, que le ha servido de referencia desde que los abuelos la llevaron al santuario cercano para consagrarla bajo su protección.

«Mamá, en los embarazos y partos de cada una de vosotras, quedaba embelesada al abrazaros y percibir, en vuestra respiración, su propio aliento.

Durante vuestra adolescencia y juventud, cuando sentía vuestros enfrentamientos o rechazos, como María, “guardaba y rumiaba en su corazón” esos difíciles momentos y aguantaba sus lágrimas hacia dentro. También ella se ha sentido agraciada y bendecida largamente por Dios, en cuyos brazos ha vivido fiel y confiada, porque en ella “el Señor ha obrado grandes maravillas”.

Cuántas avemarías habrá ido desgranando, recitando: “Santa María, ruega por nosotros en la hora de nuestra muerte”. En esta hora la Virgen del Brezo cumple su ruego, la abraza bajo su manto materno para presentarla ante su Hijo Jesús, el Resucitado, que le abre las puertas del cielo, en el que gozar para siempre con todos los que la precedieron.

Os queda grabada a fuego su imagen prendida en las oraciones que os enseñó, en sus besos, en su entrega hasta quedar sin aliento. Esos recuerdos os ayudarán a prolongar su amor eterno. Confiad en el amor de Dios, cuyos rasgos maternos ella ha hecho carne para vosotras».