Gentes: Gustavo Bueno, filósofo
Legalizar el aborto es un síntoma claro de la corrupción ideológica y práctica de una democracia. Identificar progresismo y aborto es totalmente gratuito y temerario; más bien, habría que ver el aborto como un regreso o retroceso reaccionario a la época de la barbarie.
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