El magisterio como ejercicio de paternidad

Con demasiada frecuencia, se olvida que el lema episcopal del cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, hace referencia a la comunión en la Iglesia, In Ecclesiae Communione, a la pasión en su vida por la unión de todos los hombres en Cristo. En un supuesto ejercicio de hermenéutica, podríamos preguntarnos cuál texto de los escritos por el cardenal Rouco Varela muestra una definición más adecuada de su comprensión del ejercicio de su ministerio. No hay mejor antídoto contra los efectos distorsionantes en la percepción de la personalidad, que producen ciertas leyes no escritas, que el encuentro con la palabra originaria, hablada y escrita.

En este sentido, no quisiera dejar de mencionar un momento de la vida del cardenal Rouco que, sin duda, nos ofrece una significativa clave. Es el texto de la conversación que el entonces profesor Rouco sostuvo con Eugenio Corecco, publicado en italiano en 1971, y en alemán, en 1988; un diálogo científico que ha pasado a convertirse en una cita obligada de la explicación de lo que es la Escuela de Munich. La respuesta 32 del hoy cardenal Rouco es suficientemente elocuente: «El mérito de Mörsdorf (y lo decisivo de su aportación a la teología del Derecho Canónico) consiste en haber visto que la Iglesia no se encarna -ni puede encarnar- de cualquier forma humana; sino como -y en cuanto- comunidad de Palabra y sacramento. Palabra que no es una palabra cualquiera, palabra desnudamente humana; sacramento que no es un mero símbolo religioso, pura realidad antropológica, sino una Palabra que es kerygma, palabra de Cristo, en la que ofrece -proclamándola- Su salvación; sacramento que es sacramento de Cristo en el que se participa -celebrándolo- su Misterio Pascual. Palabra y sacramento, por tanto, que interpelan al hombre, urgiendo una respuesta en la que le va la salvación o frustración de su existencia».

La vida del cardenal Rouco se ha gastado y desgastado en el servicio a la Palabra y a los sacramentos. Los libros que ahora presentamos son un bello testimonio de esta oblación. Lo primero que se puede decir de la edición de esta opera omnia del cardenal Antonio María Rouco Varela, en los años 2000 a 2007, es que se echaba de menos un esfuerzo editorial de esta magnitud, que ha sido posible gracias al empeño de la Secretaria de la Provincia Eclesiástica de Madrid, la Hermana María Rosa de la Cierva. Han pasado ya muchos años desde que la editorial EDIBESA lanzara al mercado un voluminoso tomo en el que se recogía el magisterio de la palabra del cardenal Rouco Varela durante los años 1995-1999. Ahora nos encontramos con cuatro gruesos volúmenes que tienen el siguiente contenido: el primero, dedicado a los denominados documentos científicos, divididos en tres grandes temas: Iglesia y sociedad, Nueva evangelización, e Iglesia y Estado; el segundo y el tercero son los denominados documentos pastorales, es decir, discursos en las Asambleas Plenarias de la Conferencia Episcopal Española, Cartas pastorales, documentos del tercer Sínodo diocesano de Madrid, conferencias, homilías y los denominados otros escritos; y el cuarto, las alocuciones semanales en la COPE y Alfa y Omega.

Hay que destacar de esta edición que tiene unos prologuistas de lujo. Sus nombres son: Dalmacio Negro, de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, y monseñor César Franco Martínez, obispo auxiliar de Madrid. Éste último, en el pórtico del tomo tercero, señala: «La función de un prólogo es recomendar la lectura de un libro. Pero hay libros que se recomiendan a sí mismos, no sólo por la autoridad de quien los escribe, sino por el contenido que encierran. Lo verá el lector apenas se adentre en su lectura. Verá que crece su amor a Cristo y a la Iglesia: dos frutos siempre unidos que para un pastor son el mejor premio de los muchos desvelos, afanes, gozos y sufrimientos que conlleva el ser ministro de la Palabra y coger la pluma al servicio del Evangelio».

¿Qué resta a partir de ahora? Sin duda, continuar con la edición anual de los textos del cardenal Rouco, mantener encendida esta llama de permanencia del magisterio de su palabra e invitar a los estudiosos del magisterio teológico a que aprovechen este material para la elaboración de trabajos científicos. Mucha Historia por delante.