José Antonio Marina, filósofo: «Sin pacto educativo entraremos en la parálisis y el deterioro» - Alfa y Omega

José Antonio Marina, filósofo: «Sin pacto educativo entraremos en la parálisis y el deterioro»

José Antonio Méndez
Foto: Maya Balanya

En abril emprendió usted el proyecto del Libro blanco sobre el Pacto Educativo. Se dio dos meses para lograr que, antes del 26J, los partidos se comprometiesen a que, ganase quien ganase, el nuevo Gobierno alcanzaría un pacto por la educación en la próxima legislatura. Ya estamos en junio… ¿cómo va la negociación?
La primera respuesta que tuvimos de los partidos fue muy esperanzadora, pero la cercanía de la campaña electoral ha enfriado los ánimos. Es una mala noticia porque lo que habíamos propuesto era la solución para salir de una situación endiablada, que no tiene solución perfecta y en la que todo el mundo tiene que ceder algo.

¿Cuál es esa situación endiablada?
La situación es que en estos momentos tenemos una ley vigente, la LOMCE, que no es una buena ley y que tiene en contra al resto de los partidos políticos y a gran parte de la comunidad educativa. Eso nos aboca a volver al vaivén legislativo. Además hay temas técnicos que no están bien tratados, y no se insiste en lo central para la educación: qué hacemos con los docentes, cómo formarles mejor, cómo organizar el acceso a la docencia y las inspecciones, cómo funciona la gran maquinaria del sistema educativo…

PSOE y Podemos piden derogar la LOMCE antes de llegar a un pacto. Hasta ahora, los pactos se han propuesto tras aprobar cada nueva ley, como para blindarla. ¿No sería más lógico llegar a un acuerdo antes, y después hacer una ley?
Eso es algo de sentido común. Si tenemos una ley educativa, no solamente tiene que ser buena, tiene que ser bien entendida y bien gestionada. Si no, quedará en nada. Un error en que han caído todos los ministros de Educación es pensar que se puede mejorar la escuela si se tiene el BOE en la mano. Y una ley educativa no cambia la escuela. Para cambiar la escuela tiene que cambiar y mejorar lo que sucede dentro del aula y alrededor de ella, y para eso tienes que acercarte a las familias, los docentes, los equipos directivos y los inspectores. Si una ley no consigue esto, será una ley inútil.

¿Cuál es su propuesta?
Que antes de que haya elecciones, cuando no se sabe quién va a gobernar, haya un compromiso para alcanzar un pacto de Estado que dé lugar a una nueva ley, capaz de durar una generación. Es una hoja de ruta en la que hemos propuesto una salida honrosa a todos los partidos. Al PP le proponemos que la LOMCE siga vigente, con algún retoque en asuntos polémicos, pero convertida en ley de transición. Y a la oposición, que se derogue la LOMCE, pero no inmediatamente. Entre una ley y otra, está el pacto.

¿Cuánto tardaría en alcanzarse ese acuerdo?
La hoja de ruta que hemos presentado tiene tres pasos: primero, mantener la LOMCE de forma transitoria. Segundo, inmediatamente después de las elecciones y en un plazo máximo de seis meses, elaborar un pacto educativo. Para no perder tiempo, hemos contado con propuestas de decenas de colectivos y hemos documentado cuáles han sido los anteriores intentos, por qué no cuajaron, cuáles son los puntos conflictivos, qué temas se pueden resolver con facilidad y cuáles son los realmente difíciles. Vamos a contar con todos, pero centrándonos en los asuntos difíciles. Por último, en un plazo de año y medio, elaboramos una nueva ley educativa que pueda durar frente a los cambios de Gobierno. Es una solución que no contenta a todos pero, sin embargo, satisface en parte a todos.

¿Cree posible desarrollar este itinerario en la próxima legislatura?
Hasta la semana pasada creí que se iba a conseguir. Pero las últimas noticias que me han acaban de llegar [el lunes por la tarde, cuando Alfa y Omega entrevistó al profesor Marina] es que los partidos vuelven a estar con una gran hostilidad entre ellos, previa a las elecciones, y nadie quiere hablar de pactos aunque todo el mundo diga que va a pactar. Estas cosas cambian con mucha rapidez y es crucial vencer esa distancia. Estamos a tiempo y apelo a la responsabilidad de los políticos. Estamos jugando de una manera muy frívola con la educación, y cada uno está enarbolando sus propios derechos a educar a alguien, cuando el único que tiene derecho a ser bien educado es el alumno.

¿Quién ha puesto más obstáculos?
El que menos ha puesto ha sido Ciudadanos. En segundo lugar, el PSOE. Igual que se están polarizando las fuerzas políticas, también se han polarizado en esto el PP y Podemos. Aunque no han sido oposiciones rotundas, sino dilatorias. A lo mejor cambian de idea. Y es importante que lo hagan, que muestren una postura conjunta de diálogo y se comprometan a lograrlo en un plazo fijo. Hoy se puede hacer un pacto educativo en una semana: los puntos están meditados y trabajados, y hay que tomar tres decisiones importantes. Eso no va a cambiar por marear la perdiz.

¿Qué ocurre si en los próximos años no conseguimos por fin esa estabilidad en la enseñanza?
Que tendremos una educación estancada, que no progresa. Entraremos en la parálisis y en el deterioro, porque si no se llega a un pacto inmediatamente después de las elecciones, esta legislatura será una legislatura de parálisis, y eso, en educación, implica el deterioro de todo el sistema.

¿Y si llegamos al 26J como estamos hasta ahora?
Si no hay pacto y gobierna el PP, mi sospecha es que va a agotar la legislatura en una guerra de desgaste con la oposición, y eso impedirá que se emprendan los grandes cambios educativos que necesitamos, y por lo tanto, será una legislatura fallida. Si no hay pacto y gana la oposición, no sé si con Podemos o con el PSOE, creo que vamos también hacia un estado de parálisis, porque solo tiene dos caminos: uno, derogar la LOMCE y volver a la LOE, con su correspondiente déjà vu del PP en contra; y otro, elaborar una nueva ley que no va a salir del consenso, con lo cual volveríamos a un ciclo sin salida.

José Antonio Marina es autor del Libro blanco sobre el Pacto Educativo