Gentes: María Lacalle, auditora en el Sínodo de la Familia 2014 (en Revista Misión) - Alfa y Omega

Hay personas en la Iglesia que están empezando a dudar de que sea posible seguir viviendo el Evangelio de la familia. ¡Claro que es posible! Es lo mejor para la felicidad y plena realización de la persona y para el bien común. Los que tenemos el privilegio de vivir felizmente una vida conyugal y familiar la tenemos que defender. Hay que trabajar mucho, cada uno donde nos toque, para defender lo que para mí es la mayor belleza: la vida conyugal y familiar. Además, no estamos solos ante las dificultades, pues tenemos la ayuda de Cristo. La fuerza divina es mucho más potente que cualquier dificultad.