2.814 fallecidos en lo que va de año - Alfa y Omega

2.814 fallecidos en lo que va de año

Cristina Sánchez Aguilar
Foto: AFP Photo/Marina Militare

Desde que comenzó 2016 han muerto en el Mediterráneo 2.814 personas, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En los dos últimos años han sido cerca de 10.000 las personas que han perdido la vida intentando alcanzar Europa. El domingo, coincidiendo con la celebración de elecciones generales, la Comunidad de Sant’Egidio en España –con el apoyo de una decena de organizaciones de Iglesia– quiere, como cada año, recordar los nombres de los fallecidos, sus historias concretas. Para ello ha organizado una Misa funeral a la que han llamado Morir de esperanza, presidida por el obispo de Albacete y presidente de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Ciriaco Benavente. «Nos hemos acostumbrado a escuchar las noticias de las muertes de los migrantes y refugiados como quien oye llover», denuncia el obispo. Por eso, un funeral como este es fundamental para rezar por sus almas y para «mantener viva la preocupación por estos hermanos que sufren y mueren».

Poner en marcha pasillos humanitarios que faciliten el tránsito seguro por avión desde los campos de refugiados de países limítrofes como Líbano o Turquía hasta Europa es otra de las propuestas del presidente de la Comisión de Migraciones para poner fin a las muertes en el mar. En la jornada de delegados y agentes de Pastoral de Migraciones, que se celebró del 9 al 11 de junio en Madrid, una de las iniciativas apoyadas por el centenar de expertos reunidos fue «seguir el ejemplo de Italia con los corredores humanitarios. Este proyecto, capitaneado por la Comunidad de Sant’Egidio tanto en Italia como en España, es muy importante, porque las personas que están en los campos no pueden aguantar más. Es un medio seguro para traer a la gente más vulnerable», asegura monseñor Benavente a este semanario. Ante la falta de respuesta del Gobierno español a la petición de Sant’Egidio, el obispo reclama «humanidad». «Comprendo que es un momento difícil por las circunstancias políticas, pero sería bueno que dieran el paso adelante y lo autorizaran».

Foto: CEE

Como presidente de la Comisión de Migraciones, monseñor Benavente no se olvida de los inmigrantes. «Me sorprende ver todos los ayuntamientos con los carteles de Welcome refugees cuando muchos tienen asentamientos de migrantes y no se acuerdan nunca de ellos», afirma el obispo, haciendo referencia a un reciente reportaje de Alfa y Omega sobre la situación de los inmigrantes en los cortijos almerienses: «Tú misma contaste que para que les pusieran una fuente en Níjar pasaron tres años», dice a la periodista. La jornada de delegados, en ese sentido, ha sido esperanzadora: «Hemos visto cuánto hace la Iglesia en las diócesis por los inmigrantes. No hay congregación que no tenga un piso de acogida o un proyecto dirigido a mejorar la vida de los que ya están malviviendo aquí».

La pastoral de migraciones en España se encuentra hoy ante grandes desafíos. Uno, «que los inmigrantes dejen de ser concebidos como meros destinatarios de ayuda». Otro, «unirse a otras religiones para ofrecer al mundo una alternativa de paz y reconciliación importante», como dijo Riay Tatary, presidente de las Comunidades Islámicas de España, que también participó en la jornada.