«No sabemos por qué deberíamos seguir unidos» - Alfa y Omega

«No sabemos por qué deberíamos seguir unidos»

«Ha llegado el tiempo de que Europa mire hacia adelante» y reflexione sobre sus metas, afirmaba el lunes el presidente de COMECE. Su secretario general interino pide que se construya «un relato europeo» sobre nuestra «historia compartida»

María Martínez López
Foto: AFP Photo/Justin Tallis

«Cuando las cosas van bien, es mérito de los políticos nacionales. Cuando van mal, intentan culpar a Europa». Esta mediatización de lo europeo a través de las lentes de la política nacional es para Michael Kuhn, secretario general interino de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), una de las causas de la crisis de ilusión que vive el continente y que se plasmó el 23 de junio en la victoria del Brexit en el referéndum británico. Otros problemas son la falta de interés de los ciudadanos –visible en la baja participación en las elecciones europeas– y el aumento de la desigualdad «entre los Estados miembros» y dentro de los mismos. El resultado es que «la gente piensa que la UE es un poder distante de tecnócratas».

Por eso, Kuhn considera fundamental la construcción de un relato común. Sin él, el proyecto europeo no tendrá éxito. Este relato «no se puede construir artificialmente». Debe basarse en el contexto histórico de Europa. «Veo un gran peligro en que no se entienda de dónde vino la construcción europea. ¿Se aprenden las catástrofes del siglo II en los colegios?».

Pero ni siquiera este contexto, por sí solo, es suficiente: «Además de dónde vienes, tienes que tener una visión de a dónde vas. No sabemos por qué deberíamos seguir unidos», lamenta en declaraciones a este semanario. En nuestro continente, «la gente no ve el valor añadido de Europa». Tenemos siglos de historia común, pero la mayoría de las personas «no los perciben como una historia compartida».

En este mismo sentido escribía el lunes el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y presidente de la COMECE, que en un comunicado calificaba el Brexit de «extremadamente desafortunado» y alertaba sobre «el creciente nacionalismo» que puede desencadenar nuevas hostilidades entre los estados. «Ha llegado el tiempo de que Europa mire hacia adelante». La salida del Reino Unido de la UE –continuaba– plantea «a la Unión y a sus Estados miembros preguntas sobre sus metas y sus tareas», y sobre cómo alcanzar el «verdadero humanismo europeo» al que aludió el Papa Francisco en la ceremonia de entrega del Premio Carlomagno.

Michael Kuhn. Foto: COMECE

Mirar a lo mejor de Europa

En el proceso de reflexión que ha abierto esta crisis, «tenemos que mirar a los mejores elementos de la tradición europea –apunta Kuhn–: el patrimonio cristiano, los derechos humanos, la Ilustración y la democracia», y desarrollarlos «en una cultura de diálogo». El secretario general interino de COMECE subraya también que es importante recordar que esta identidad europea será necesariamente «plural. Tenemos que entender que es posible estar juntos y mantener nuestras identidades nacionales».

Este nuevo debate –opina– se debe impulsar sobre todo desde los estados miembros y los medios de comunicación. «No hay medios europeos; los actuales están muy orientados a lo nacional. Y para saber quiénes somos tenemos que encontrar vías para intercambiar ideas sobre nuestra identidad. ¿Cómo vamos a tener un discurso europeo si no entendemos cómo piensa el otro? ¿Quién va a comprender la situación de Hungría si se habla de ella solo en húngaro?».

La COMECE quiere contribuir a esta reflexión con la celebración de un congreso que conmemore el 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma, en 1957. Este proyecto, al que la actual crisis ha dado nuevo impulso, tendrá lugar el próximo año en la Ciudad Eterna.

Se hace camino al andar

Con todo, el apuntalamiento de Europa no puede encerrarse en el ámbito de la reflexión. Los obispos de Europa no descartan –lo mencionaban hace un par de semanas en el documento La vocación de Europa de promover la paz en el mundo– que haya llegado el momento de impulsar una mayor integración europea, siempre que los estados renuncien a parte de su soberanía nacional de forma voluntaria.

En su comunicado, el cardenal Marx aludía además a «la responsabilidad moral» que los pueblos y naciones europeos, «ya sea juntos o unos al lado de los otros», tienen «hacia el mundo, los países más pobres y la creación». También en las nuevas circunstancias planteadas por el Brexit –concluía– «la UE debe cumplir su responsabilidad» en este ámbito.