Aquellos maravillosos siglos - Alfa y Omega

Aquellos maravillosos siglos

Desde el pasado 12 de octubre y hasta enero del año que viene, el Centro cultural San Marcos, de Toledo acoge la exposición Memoria de Sefarad, en la que se exhiben 266 piezas representativas de los 1.500 años de presencia judía en España, que los descendientes de sus protagonistas recuerdan con nostalgia. Organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, la muestra es fruto de la investigación de don Isidro Bango, catedrático de Historia del Arte antiguo y medieval de la Universidad Autónoma de Madrid. En su organización han colaborado los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Educación, Cultura y Deporte, así como el Ayuntamiento de Toledo. Con el apoyo de las nuevas tecnologías audiovisuales, todos los que lo deseen podrán visitar, excepto los lunes y los días 25 de diciembre y 1 de enero, esta representación de lo que la presencia judía supuso en la España medieval y en el Toledo de las tres culturas

María Martínez López
Séfer Torá

Aunque los primeros judíos llegaron a la Península Ibérica tras la destrucción del segundo templo de Jerusalén en el año 70 de nuestra era, fue en la Edad Media cuando sus comunidades en estos territorios alcanzó su mayor esplendor, tanto en la zona musulmana como en la cristiana. Las especiales características del régimen medieval hacían perfectamente compatible que las comunidades y barrios judíos fueran entidades jurídico-administrativas propias, con su propia legislación interna, sobre todo en materias vinculadas a la religión como los contratos matrimoniales; y que, a la vez, las juderías estuvieran plenamente integradas, al menos durante la mayor parte del tiempo, en la sociedad hispana medieval. Los sefardíes sentían como propios tanto el territorio como la cultura en la que vivieron, y fue precisamente el cultural uno de los ámbitos en los que más se dio la colaboración entre las tres comunidades, cristiana, judía y musulmana -recuérdese la Escuela de Traductores de Toledo, fundada por Alfonso X el Sabio-.

Ilustración del Libro de ajedrez, dados y tablas, de Alfonso X el Sabio

Existen dos datos especialmente significativos de la integración de los judíos. Uno de ellos se manifestaba en el arte. No era extraño, por ejemplo, que objetos esculturales y arquitectónicos tuvieran inscripciones bilingües o trilingües, así como que alguno tuviera signos judíos, como la estrella de David, lo cual no implica necesariamente que representaran a esta comunidad. El otro dato es que, en los reinos hispanos, tardaran más en implantarse las medidas que en toda Europa pretendían marcar a los judíos para que no se mezclaran con los cristianos.

Salero de pellizcos

En las salas del centro cultural San Marcos, de Toledo, se combinan, durante los casi cuatro meses que dura la exposición, más de doscientos objetos medievales con las nuevas tecnologías. Con ello se persigue acercar al público un momento histórico tan peculiar como el Medievo hispano, y facilitar su comprensión. Dos montajes audiovisuales, uno en la primera sección (Los judíos de Sefarad), y otro en la última (El legado sefardí), ilustran, respectivamente, un paseo por los 1.500 años de presencia hebrea en España, y la dispersión del pueblo sefardí por el mundo. Dispersión que, en muchos casos, mantuvo el español y otros rasgos distintivos en sus ritos. Además, en la sección dedicada a la arquitectura, las maquetas están dotadas de movimiento, para que los visitantes puedan contemplar todos los detalles del interior.

Estuche para filacterias

En todos los aspectos de la vida diaria, los judíos asimilaban los gustos y modas de la cultura en la que se hallaban inmersos, ya fuera islámica o cristiana. Los objetos personales, tales como vestidos, joyas y arreos de los caballos, no se diferenciaban en nada de los de los demás. La diferenciación, en cambio, se hacía patente en todo lo relacionado con el ámbito religioso: el judaísmo era su identidad, y por ello resulta más difícil de comprender. Aquí la muestra vuelve a contar con el auxilio de las nuevas tecnologías. En la sección La judería, un espacio para la vida y la muerte, además de los objetos del día a día mencionados, entre los que destaca la colección de vajillas -desde las más humildes hasta la de plata de Briviesca-, también se muestran los dedicados al culto -torás, estuches para las filacterias, códices sobre el desarrollo de la cena de Pascua, lámparas para la celebración de Hanuká-. Gracias a la combinación de un teatro virtual con lo audiovisual, se puede presenciar cómo transcurrían la oración de la mañana del sabat y la celebración del seder, la cena de Pascua.

Auto de fe en la plaza de Zocodover de Toledo

Otra de las secciones es Judíos, moros y cristianos bajo la autoridad del rey, destinada a demostrar el papel aglutinador que la figura del rey poseía respecto a las comunidades cristiana, judía y musulmana, y que llevó a la colaboración científica, que dio como fruto más destacado el escritorio de Alfonso X, que se exhibe en la muestra. También está relacionada con la ciencia y los saberes la siguiente sección, titulada exactamente así: Los saberes. Los judíos eran especialmente expertos en astronomía, orientación geográfica, medicina, y asimismo tenían en su haber un conocimiento muy original de sus leyes.

Pieza de cinturón

Sin embargo, no toda la historia del Sefarad tuvo sólo luces. El recelo, ya mencionado, de todas las autoridades europeas a que los judíos se mezclaran con los cristianos; la degeneración del deseo de evangelizar en aislamiento de los que no se convertían, y más tarde en un conflicto social que en ocasiones alcanzó gran dureza; las dificultades que la autonomía jurídica representaba en un incipiente Estado moderno, mucho más centralizado que los reinos medievales; y otros factores como el posterior nacimiento de la Inquisición, en un principio para controlar la autenticidad de las conversiones, dieron pie al conflicto que terminó con la expulsión de los judíos de España. A este proceso histórico están dedicadas dos de las últimas secciones de la exposición: Historia de un conflicto y La Inquisición. Pero ésta no termina aquí, sino que la última sección -ya mencionada-, a modo de conclusión, está dedicada a El legado sefardí.

Capitel bilingüe. A la derecha, astrolabio