Casi 400 muertos en el mes en el que los musulmanes se abstienen de comer, beber o pelear - Alfa y Omega

Del 6 de junio al 6 de julio del 2016 los musulmanes de todo el mundo celebraron su sagrado mes de ayuno del Ramadán. Durante ese mes los creyentes musulmanes se abstienen de comer, de beber, de mantener relaciones íntimas e incluso de peleas durante todo ese tiempo desde la salida del sol hasta su ocaso en que se permiten cada noche una cena para romper el ayuno y coger fuerzas. Sólo se eximen de la obligación de ayunar los niños, los ancianos, los enfermos, las mujeres embarazadas entre otros. Para los musulmanes el Ramadán es un momento para profundizar en la espiritualidad, para meditar con más detenimiento el Corán y practicar la caridad y la justicia.

Sin embargo este mes del Ramadán del 2016 ha sido un mes muy sangriento marcado por los atentados yihadistas cometidos por el DAESH supuestamente en el nombre del Islam. La mayoría de los atentados cometidos durante el Ramadán han tenido lugar en países de mayoría musulmana como Irak, Yemen, Turquía, Bangladés e incluso en la misma cuna de la religión islámica. La mayoría de las víctimas mortales de esos bárbaros atentados son musulmanes de a pie que no tienen nada que ver con esos asesinos bárbaros ni comulgan con sus paranoias. De ahí se llega a la conclusión de que los mismos musulmanes son las primeras víctimas del fundamentalismo islámico por partida doble: Son víctimas por sufrir en carne propia los atentados, el miedo y el terror de esos grupos fanáticos y, en el caso de los musulmanes residentes en Occidente, por ser objeto de las sucesivas olas de xenofobia e islamofobia desatadas a consecuencia de esos atentados.

De hecho los musulmanes chiíes están en el punto de mira del EI debido a que el grupo terrorista es suní y para ellos los chiíes son considerados herejes. Esa división del mundo islámico entre suníes y chiíes se remontan a los primeros tiempos del Islam, en concreto desde la muerte del profeta Mahoma, fundador del Islam.

Casi 400 muertos

He aquí una lista de los atentados ocurridos durante este mes de Ramadán:

7-8 de junio: Bagdad fue sacudida por dos terribles atentados con coche bomba a los pocos días después de empezar el Ramadán. Esos ataques coincidieron además con la ofensiva del ejército iraquí para recuperar la ciudad iraquí de Faluya de manos del DAESH. El primero se cometió en una calle comercial de la capital y el otro en un puesto militar. El balance total fue de 31 muertos y más de 70 heridos.

11 de junio: doble atentado en un barrio predominantemente chií en las afueras de Damasco (Siria). El saldo fue de 12 muertos y más de 50 heridos. El lugar de aquel atentado alberga un mausoleo chií dedicado a una nieta de Mahoma, Zeinab, que además d nombre a dicho barrio.

12 de junio: Un ciudadano estadounidense de familia afgana perpetró una terrible masacre en Orlando (Florida). El objetivo fue un local gay de la ciudad, el Pulse. El balance de víctimas mortales y heridas fue de 50 muertos y 53 herido. El grupo terrorista DAESH lo reivindicó y el autor llegó a jurar lealtad a ese grupo terrorista justo antes de cometer la matanza. Éste fue el peor atentado terrorista que ha sufrido EE UU desde los atentados del 11 S. El padre del terrorista cree por su parte que su hijo cometió esa masacre motivado por su profundo odio hacia los homosexuales.

14 de junio: En Magnanville (Francia) a 50 km al oeste de París un yihadista asesinó brutalmente a un policía y a su esposa en su casa delante de su hijo de 3 años. El asesino fue abatido por la policía local. El terrorista, que se identificó como adepto al DAESH, ya tenía antecedentes por delitos comunes y una anterior condena de 3 años en la cárcel por estar implicado en una red yihadista que llevaba adeptos a Afganistán y Pakistán.

28 de junio: Atentado en uno de los aeropuertos de Estambul (Turquía). Presuntamente el DAESH está detrás de ese atentado. El saldo fue de más de 40 víctimas mortales de los cuales casi la mitad eran turistas extranjeros y más de 200 heridos. Los tres terroristas que cometieron el atentado se inmolaron con bombas. Muchos de los testigos y supervivientes del atentado y también muchos ciudadanos de Estambul afirmaron que eso se veía venir. Uno de los suicidas era un ruso y los otros dos venían de Uzbekistán y Kirguizistán.

1 de julio: 6 yihadistas asaltaron un restaurante en Daca, la capital de Bangladés, tomando rehenes. La policía pudo acabar con todos los terroristas pero el ataque costó la vida a 28 rehenes. Se ha confirmado que varios de los terroristas eran de familias ricas y estudiaban en prestigiosos colegios privados de Daca e incluso en el extranjero. El padre de uno de ellos es, de hecho, miembro del partido gobernante en Bangladés.

2 de julio: El DAESH hizo explotar un camión bomba en una zona chií de Bagdad junto a una heladería. El balance de víctimas y heridos es de 213 muertos y más de 200 heridos. Es el atentado más grave y mortífero que sufre Irak en los últimos 13 años. Además el atentado se cometió como venganza del DAESH por las pérdidas territoriales que ese grupo terrorista ha sufrido en los últimos meses.

4 de julio: El DAESH comete 3 atentados en ciudades diferentes de Arabia Saudí. Una de las ciudades afectadas es Medina, una de las ciudades y centros de peregrinación más sagrados del Islam pues fue allí donde se fundó la primera comunidad islámica bajo el liderazgo del profeta Mahoma tras la hégira, la huida de Mahoma y sus seguidores de La Meca, ciudad natal del fundador del Islam, debido a la persecución que sufrieron allí a manos de los dirigentes locales. También es el lugar de enterramiento del profeta Mahoma. Los objetivos de los ataques fueron la sede de seguridad de una mezquita en Medina, un grupo de fieles chiíes en Qatif y el consulado estadounidense en Yidda. En el atentado de Medina murieron 4 policías y 5 civiles fueron heridos.

Pérdida de territorio

En total durante el mes del Ramadán los atentados yihadistas costaron la vida a casi 400 personas. Si el Daesh ha cometido la mayoría de estos atentados fue como respuesta a las continuas pérdidas de territorio que el Daesh ha sufrido últimamente en Siria e Irak. Un ejemplo de ello sería la reciente recuperación de la antigua ciudad de Palmira (Siria), Patrimonio de la Humanidad que sufrió en carne propia la barbarie del grupo yihadista.

La ONU acaba de condenar el atentado perpetrado en Medina calificándolo de ataque terrorista directo hacia todos los musulmanes y como un ataque directo contra el Islam.

En efecto el fundamentalismo religioso siempre ha estado presente en todas las religiones. El DAESH, como cualquier grupo fundamentalista, no representa ni al islam ni a todos los musulmanes. No todos los musulmanes comulgan con las locuras de esos asesinos. Estos asesinos, al emplear la bandera de la religión musulmana para justificar sus atrocidades, ensucian y mancillan la buena imagen de los musulmanes por todo el mundo. Esa imagen negativa es el caldo de cultivo que dio lugar a la aparición y ascenso de grupos y partidos de extrema derecha en Europa que fomentan el odio y la discriminación contra los musulmanes. Lo peor de todo es que en este clima de recelo y discriminación, algunos jóvenes musulmanes que se criaron en Europa o EE. UU. se sienten como ciudadanos de segunda categoría pese a haberse nacido y criado en Occidente y como consecuencia sus ideales se van radicalizando y por ello acaban siendo captados por yihadistas que les lavan el cerebro y los captan para sus oscuros intereses.

El DAESH considera que su yihad o guerra santa es para defender su fe. En realidad todo conflicto religioso se desató más por motivos políticos, económicos y geo-estratégicos que por motivos religiosos.

Los fundamentalistas islámicos ni representan a todos los musulmanes ni son auténticos musulmanes. Prueba de ello es la condena unánime por parte de las comunidades musulmanas de todo el mundo a las atrocidades cometidas por DAESH en los últimos 3 años.

Como dijo el Papa Francisco en su visita apostólica a Albania en 2014: Nadie puede usar el nombre Dios para cometer violencia. «Matar en nombre de Dios es un sacrilegio. Discriminar en nombre de Dios es inhumano».

Alberto Gata Tocón