«Le pido a Dios que sepa responderle mejor de lo que lo he hecho hasta ahora» - Alfa y Omega

«Le pido a Dios que sepa responderle mejor de lo que lo he hecho hasta ahora»

José Calderero de Aldecoa

Antonio María Rouco Varela, cardenal –desde este sábado es cardenal no elector (no participa en el cónclave para elegir a los futuros papas) al haber cumplido los 80 años– y arzobispo emérito de Madrid, nació el 20 de agosto de 1936 en Villalba (Lugo). Se ordenó sacerdote en Salamanca el 28 de marzo de 1959. El Papa Pablo VI le nombró obispo auxiliar de Santiago de Compostela en 1976. En 1984 fue nombrado arzobispo de la sede compostelana por el Papa Juan Pablo II. En 1994, fue promovido a arzobispo de Madrid. En ambas sedes, sucedió al cardenal Suquía. El 18 de enero de 1998 fue nombrado cardenal, recibiendo el capelo cardenalicio de manos del Papa Juan Pablo II el 21 de febrero de ese mismo año. Fue presidente de la Conferencia Episcopal Española entre 1999 y 2005 y desde 2008 hasta marzo de 2014.

Rouco Varela cumple 80 años este sábado 20 de agosto.

¡Felicidades! ¿Cómo lo va a celebrar? ¿Dónde está pasando estos días?
Muchas gracias. Será una celebración familiar. Estaré en mi casa, con mi hermana, mi familia. Y por la tarde, con una celebración de la Eucaristía en la parroquia de mi pueblo natal, donde me bautizaron a los pocos días de nacer hace ya 80 años. Es el lugar más apropiado para celebrar mi cumpleaños.

Se acaban de cumplir cinco años de la JMJ de Madrid, donde precisamente pudo celebrar su cumpleaños con el Papa, que entonces era Benedicto XVI…
El Papa era nuestro huésped. Aquel día pudimos comer con él. Fue una coincidencia providencial. Las JMJ suelen celebrarse en agosto y suelen coincidir con la fecha de mi cumpleaños. Sucedió lo mismo en la JMJ de Santiago de Compostela. Me acuerdo perfectamente. Era sábado. El Papa Juan Pablo II me dijo: «Qué joven es usted. Es un joven arzobispo». Años después tuve la la gracia de poder celebrar otro de mis cumpleaños con el Papa Benedicto.

¿Qué ha supuesto la JMJ de 2011 para la Iglesia de Madrid?
Supuso un espaldarazo a las décadas de trabajo evangelizador que se venía desarrollando con los jóvenes de Madrid. Tuvo un gran desarrollo, de una manera esencial y muy decisiva, en las parroquias de la iglesia diocesana, pero también en los movimientos, en las nuevas realidades de la iglesia, en la universidad… Nosotros habíamos tomado la decisión a finales de los 90 de hacer una misión universitaria, posteriormente, tras el sínodo de Madrid del año 2003, vendría la Misión Joven…

La JMJ de Madrid también nos ayudó a confirmar esa línea de pastoral juvenil, a enriquecerla, a vivirla a fondo. Esa línea, que ha tenido un buen subrayado en la participación de los jóvenes de Madrid en la última Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia.

¿Qué le pide a Dios en esta hora de su vida?
Que sepa darle gracias y que sepa responderle mucho mejor de lo que lo he hecho hasta ahora en el camino que todavía me queda.