La Baviera del Papa - Alfa y Omega

La Baviera del Papa

El cardenal de Colonia, Joachim Meisner, ha reconocido que los días en Baviera reclaman del Papa «todas las fuerzas de su corazón y su entendimiento», hasta el punto de que ha llegado a pedirle: «Santo Padre, no te olvides de dormir y comer». Benedicto XVI está disfrutando, y se le nota, algo que dificulta el trabajo de encargados de seguridad y periodistas, al saltarse el protocolo continuamente e improvisar en los discursos, fuera del texto repartido previamente. No es para menos. He aquí algunas curiosidades y anécdotas del viaje:

María Martínez López

Grüss Gott: El saludo tradicional bávaro (Dios te saluda, te bendice, N. d. R.) está brotando de los labios del Papa estos días, con toda sencillez y todo su pleno significado. El inicio de la Misa del domingo en Múnich fue una de esas ocasiones: «Os repito el saludo litúrgico La paz sea con vosotros, ahora a nuestra manera bávara, con un Grüss Gott de todo corazón».

Música: El piloto que llevará al Papa de vuelta a Roma ha preparado dos CD con obras que el Papa valora mucho, algunas interpretadas por el coro de la catedral de Ratisbona y dirigidas por su hermano Georg. Por otro lado, para su llegada a la Marienplatz, el director del coro de la catedral eligió canciones que los niños del coro dominaran, como el himno de Baviera y una popular canción infantil a la Virgen: «Me alegraría que el Papa se acordara de su infancia en su hogar».

Flores y trajes: Si hay algo típico en Baviera, además de la cerveza y la música, es el gusto de los bávaros por las flores y por lucir sus trajes típicos siempre que la ocasión se presenta, e, incluso, los domingos para ir a Misa. Flores, faldas, corpiños, pantalones de cuero y plumas: un espectáculo muy familiar para el Papa bávaro, que le habrá hecho sonreír en más de una ocasión.

Marktl am Inn: Benedicto XVI dedicó el lunes una visita de media hora al pueblo que le vio nacer, y que ya sobrevoló al volver de Colonia el año pasado, tras la Jornada Mundial de la Juventud. Entonces, se dirigió por radio a sus habitantes. En la visita del lunes, rezó en la parroquia donde fue bautizado y, fuera de programa, bajó del papamóvil enfrente de su casa y admiró la Columna del Papa, erigida allí.

Altötting: El Papa dijo en una ocasión del corazón de Baviera: «Tengo la suerte de haber nacido muy cerca. Las peregrinaciones con mis padres y hermanos pertenecen a mis primeros y más hermosos recuerdos». Cuatro meses antes de su elección, había peregrinado allí con su hermano, y, al ser elegido Papa, recibió como regalo una copia de la imagen de la Virgen. En su infancia, Joseph Ratzinger también participó en los festejos con motivo de la canonización, en 1934, del campesino y monje capuchino Konrad de Parzham (1818-1894), portero del convento, que «a todos los que llamaban a su puerta, a través de su bondad y humanidad, sin grandes palabras, les regalaba un mensaje con más valor que las palabras».

Cerveza: En un principio, al Papa le hubiera gustado estar todavía en Baviera durante el Oktoberfest, el famoso festival de la cerveza que comienza justo después de su partida. El domingo, en una alocución espontánea desde el palacio arzobispal de Múnich, dijo: «Cada año, al inicio del Oktoberfest, he estado en este balcón. Me alegra poder estar aquí una vez más, me alegra el saludo de tantas personas, y que me pueda sentir verdaderamente en casa. Demos gracias al querido Dios por el estupendo cielo blanco-azul (colores de la bandera bávara, N. d. R.) que nos regala. Doy las gracias por la música que me ha saludado desde mi llegada. ¡Mil gracias! Feliz domingo, que os divirtáis. ¡Que Dios os lo pague!».

Familia: Benedicto XVI se ha reservado todo un día casi libre de compromisos oficiales para estar con su hermano, después de pasar cuatro semanas con él en Castel Gandolfo. En una entrevista a Avvenire, Georg Ratzinger explica: «Comeremos. Luego viajaremos al cementerio para rezar en la tumba de nuestros padres y hermana. A continuación, haremos una escapada a la casa de mi hermano en Pentling. Joseph tiene que coger algunas cosas suyas que había dejado allí. Charlaremos un poco como en los viejos tiempos, sentados en el sofá, y luego él volverá a sus obligaciones».