«Hayamos hecho lo que hayamos hecho, Dios siempre nos quiere»
Uno de los últimos actos de monseñor Carlos Osoro en este 2014 fue la visita que realizó el viernes a la cárcel de Soto del Real, donde celebró la Navidad con unos 175 presos. Fue un día especialmente importante para Israel, que recibió el Bautismo (imagen de la izquierda); y para seis compañeros, que fueron confirmados. Ellos han experimentado, y vivirán ahora con más fuerza, que «Dios no nos deja solos, nos da su espíritu, su fuerza y su amor», como afirmó el obispo en su homilía. «Si nos convencemos de esto, tenemos una manera distinta de vivir en cualquier parte»; porque «la felicidad o infelicidad no depende de las circunstancias, sino de a Quién tenemos en el corazón».
«Dios no está mirando a ver cuándo nos confundimos para castigarnos», aseguró a los internos. Con una imagen del Niño Jesús en brazos, y partiendo del texto de la Presentación de Jesús en el Templo, el obispo les invitó a presentarse ante Dios, «hayamos hecho lo que hayamos hecho. La justicia de Dios no es la de los hombres. Dios siempre nos quiere, nunca nos abandona. No tengáis miedo a presentaros al Señor, diciéndole: Tú sabes bien quiénes somos, pero sabemos que nos amas incondicionalmente». El arzobispo también les pidió que, después de presentarse ante Dios, lo acojan en su vida y vivan «las consecuencias de esta acogida, haciendo lo que hizo Él: pasar por le mundo haciendo el bien». Entonces, empieza algo nuevo y «las relaciones entre los hombres comienzan a ser diferentes». Una nueva realidad, en la que, por ejemplo, varios internos se acercaran a dar la paz a los funcionarios de prisiones.