Lágrimas y villancicos - Alfa y Omega

Lágrimas y villancicos

La persecución de los cristianos, particularmente en Irak y Siria, se ha convertido en la preocupación constante de Francisco en estos días de Navidad. El Santo Padre ha aprovechado toda ocasión y medio para que el mundo reconozca su sufrimiento

Jesús Colina. Roma
Un momento de la Misa del Gallo, el 24 de diciembre, en la basílica de San Pedro, en el Vaticano

«Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús». Estas palabras del Papa Francisco, transmitidas en directo por canales de televisión de los cinco continentes, el 25 de diciembre, se han convertido en su idea fija.

La situación de los perseguidos, en particular en Oriente Medio, ha sido, de hecho, el hilo conductor de sus pensamientos e intervenciones estos días. Francisco no podía soportar la idea de vivir días tranquilos y festivos mientras en Irak, Siria y otros países, niños con sus madres están siendo expulsados de sus hogares, o despojados de todos sus bienes con violencia.

Bendición urbi et orbi

Víctimas del Estado Islámico

Antes de comenzar estos días santos, el Papa tomó papel y pluma para escribir a los cristianos de toda la región de Oriente Medio, donde «las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros». El Papa Francisco alude, en particular, a las víctimas del llamado Estado Islámico. El Pontífice, en la misiva que recibieron las comunidades cristianas de la región en vísperas de la Navidad, acusa a esta organización terrorista de cometer «todo tipo de abusos y prácticas inhumanas, golpeando especialmente a aquellos de vosotros que han sido brutalmente expulsados de sus tierras, en las que los cristianos están presentes desde la época apostólica».

«Pienso especialmente en los niños, las madres, los ancianos, los desplazados y refugiados, los que pasan hambre, los que tienen que soportar la dureza del invierno sin un techo bajo el que protegerse. Este sufrimiento clama a Dios y apela al compromiso de todos nosotros, con la oración y todo tipo de iniciativas», añade el Papa en su carta.

En este año 2014, las comunidades cristianas de toda Siria han sido objeto de una violencia sistemática. Quizás el mayor impacto de la violencia haya sido la emigración masiva. El Patriarca greco-católico melquita Gregorios III Laham ha denunciado que un tercio de los cristianos de una población de 1.750.000 personas han sido desplazados o han abandonado el país. En dos años, la ciudad de Alepo, que anteriormente contaba con la comunidad cristiana más grande de Siria, ha perdido en torno al 65 por ciento de sus miembros. Las organizaciones que estudian la persecución han indicado que el éxodo de cristianos de Siria es una repetición a toda velocidad de lo que ha ocurrido en Irak durante los últimos 10 ó 20 años, en los que la comunidad cristiana cayó en picado, de más de 1 millón de personas, a unas escasas 300.000.

Llamada por teléfono a los cristianos de Irak

Pero el Papa no se ha conformado con escribir. A las 5 de la tarde del 24 de diciembre, cuando preparaba la celebración de la Misa del Gallo en la basílica de San Pedro, llamó por teléfono a los católicos de Ankawa, en el norte de Irak, reunidos para la celebración de la Navidad. Muchos de estos cristianos han encontrado refugio en la zona controlada por los kurdos tras haber sido expulsados de las casas en las que vivían, desde hace siglos, en Mosul, la bíblica Nínive.

«Vosotros sois como Jesús, en la noche de su nacimiento –les dijo el Papa–. Para Él no había sitio, fue expulsado y tuvo que huir a Egipto para salvarse. Vosotros sois como Jesús esta tarde, y yo os bendigo, estoy junto a vosotros, pensad que sois como Jesús en esta situación, y a mí esto me hace rezar más por vosotros».

Vista de la celebración de la Misa del Gallo

«Queridos hermanos y hermanas, estoy con vosotros, estoy muy cercano a vosotros esta tarde. Con todo el corazón, y pido a Jesús que os acaricie con su ternura. A la Virgen, que os llene de mucho amor. Estoy con vosotros», no se cansaba de repetir el Papa.

En ese momento, la comunicación telefónica se interrumpió por un problema de satélite, lo que hizo que la sensación de abandono en la que viven los cristianos iraquíes pareciera aún más grande. La llamada telefónica fue seguida en directo por el canal católico italiano de televisión TV2000.

Una Navidad comprometida con los perseguidos

Luego, durante el mensaje papal más esperado de esta Navidad, cuando las cámaras de televisión transmitían su saludo en directo en todo el planeta, los perseguidos de Irak y Siria volvieron a convertirse en su primera preocupación. «Que la Navidad les traiga esperanza, así como a tantos desplazados, prófugos y refugiados, niños, adultos y ancianos, de aquella región y de todo el mundo; que la indiferencia se transforme en cercanía y el rechazo en acogida, para que los que ahora están sumidos en la prueba reciban la ayuda humanitaria necesaria para sobrevivir a los rigores del invierno, puedan regresar a sus países y vivir con dignidad», pidió el obispo de Roma.

Después, ampliando su mirada a toda la región, añadió: «Que el Señor abra los corazones a la confianza y otorgue la paz a todo el Medio Oriente, a partir de la tierra bendecida por su nacimiento, sosteniendo los esfuerzos de los que se comprometen activamente en el diálogo entre israelíes y palestinos».

Las palabras y la acción del Papa por los cristianos perseguidos continuaron el 26 de diciembre, día en el que la Iglesia celebra al primer mártir de la historia cristiana, san Esteban.

El Papa se dirigió en particular a los que son perseguidos por seguir a Cristo y les dijo: «Si lleváis esta cruz con amor, habréis entrado en el misterio de Navidad, estáis en el corazón de Cristo y de la Iglesia». Por otra parte, Francisco pidió oraciones «para que, con el sacrificio de estos mártires de hoy (¡son muchos, muchísimos!) se refuerce en todas las partes del mundo el compromiso por reconocer y asegurar concretamente la libertad religiosa, que es un derecho inalienable de toda persona humana».

Cartas, llamadas telefónicas, homilías… La acción del Papa también ha pasado, en esta última semana, por Twitter. En ese mismo día, escribía este micro-mensaje: «Recemos hoy por todos los que son perseguidos a causa de la fe cristiana».

Niños ultrajados

Sólo ha habido otra preocupación capaz de alejar por momentos de la mente del Papa el sufrimiento de los cristianos de Oriente Medio, el drama de tantos niños. En su mensaje de Navidad, pidió pensar «en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; a los niños masacrados en los bombardeos, incluso allí donde ha nacido el Hijo de Dios».

El Papa besa al Niño Jesús

«Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Sobre su sangre campea hoy la sombra de los actuales Herodes», afirmó. Por eso, en la homilía de la Misa del Gallo constataba: «¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy!».

«Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que Él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón y suplicarle: Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto», concluyó el Papa en la entrañable noche.