«Tu nombre es catequista» - Alfa y Omega

«Tu nombre es catequista»

Así suele el Papa expresar a los catequistas el valor de su vocación al servicio de la Iglesia, decía monseñor Rinno Fisichella, presidente del Consejo Pontificio de la Nueva Evangelización, al presentar a miles de catequistas de todo el mundo, convocados por Francisco, para celebrar el Jubileo de los catequistas en el Año Santo de la Misericordia

Manuel María Bru Alonso

No pocos catequistas provenientes de todo el mundo, con lágrimas en los ojos, sentían la necesidad de agradecer el Papa que reconociese su entrega, y que los impulsara para participar en la reforma de la Iglesia desde la catequesis para que también la catequesis sea cada día más anunciadora del Dios de la misericordia y más misericordiosa con el hombre de hoy: «Aquí en Roma –decía una catequista de Madrid- se da uno cuenta que no eres catequista sólo de tu parroquia, sino de toda la Iglesia».

Los catequistas provenientes de los cinco continentes se reunieron el viernes 23 de septiembre por lenguas en distintas basílicas romanas para recibir ellos mismos una bella catequesis: la de la vocación de San Mateo según el cuadro de Caravaggio del mismo nombre sito en la iglesia de San Luis de los Franceses. Una catequesis que muestra como Dios llama al hombre personalmente, con una mirada de misericordia, para sacarle del dominio de la obscuridad y llevarlo al resplandor de la luz, a través del lenguaje catequético del estilo pictórico del claro-oscuro.

El sábado, todos los catequistas reunidos en la Basílica de San Pablo Extramuros, en unas vísperas presididas por monseñor Fisichella, escucharon con gran emoción cuatro testimonios de catequistas cuyas vidas demostraban que es con el testimonio de la vida como se es catequista (catequista africano en campos de refugiados), que por muchas dificultades que se encuentren para comunicar el Evangelio siempre son superables (religioso redentorista sordo-ciego), que el camino de la conversión personal recorre el recorrido del catecumenado: de catecúmeno a catequista (joven europea conversa), o que ninguna excusa sirve para eludir una vocación así (familia peruana en Italia).

Y el domingo en la Plaza de San Pedro la gran celebración de los catequistas de la alegría y la misericordia, alentados por el Papa Francisco, que con ellos pidió al Señor que les conceda la gracia de verse renovados cada día por la alegría del primer anuncio: «Jesús ha muerto y resucitado, Jesús nos ama personalmente. Que nos dé la fuerza para vivir y anunciar el mandamiento del amor, superando la ceguera de la apariencia y las tristezas del mundo. Que nos vuelva sensibles a los pobres, que no son un apéndice del Evangelio, sino una página central, siempre abierta a todos».

Manuel María Bru Alonso
delegado de Catequesis del Arzobispado de Madrid. Roma