Beatificados en Oviedo los mártires de Nembra - Alfa y Omega

Beatificados en Oviedo los mártires de Nembra

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El momento de la consagración durante la Misa de beatificación. Foto: Arzobispado de Oviedo

El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidió el sábado en la catedral de Oviedo la beatificación de los cuatro mártires de Nembra: el sacerdote Genaro Fueyo y los laicos Antonio González Alonso, Isidro Fernández Cordero y Segundo Alonso González, todos ellos miembros de la Adoración Nocturna de la localidad asturiana, que fueron víctimas de la persecución religiosa de los años 30.

En su homilía, el cardenal Amato, afirmó que «fue la Eucaristía lo que hizo fuertes e invencibles a nuestros cuatro mártires, sostenidos en su existencia terrena por la sangre preciosa de Cristo, que los ha preparado al gozo de la vida eterna en el paraíso». Subrayó asimismo que con esta celebración «la Iglesia no reclama un sentimiento de venganza y de odio hacia los perseguidores de entonces, sino un justo deseo de recuerdo. Si se olvida el pasado, estamos condenados a repetirlo. El recuerdo es necesario en el caso de nuestros mártires, porque matados por odio a la fe respondieron a sus asesinos con el perdón. Solo la piedad vuelve humana a la sociedad».

En el mismo sentido se expresó monseñor Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo, en una carta previa a la beatificación: «Nuestro recuerdo no nace del resentimiento ni pretende reescribir la historia con injusto ajuste de cuentas. No esgrime la provocación, sino que busca el reconocimiento de la gratitud y la reconciliación que en estos mártires aprendemos».

Un sacerdote y tres laicos

El párroco de Nembra recibió el martirio un día antes de sus bodas de oro sacerdotales. Segundo e Isidro eran mineros y padres de familia numerosa, y fueron detenidos acusados de rezadores.

A Antonio le arrancaron la lengua por negarse a blasfemar. Todos ellos pudieron huir y no lo hicieron, y fueron torturados antes de morir. Testigos de su martirio e incluso sus propios verdugos reconocieron después que no se resistieron y murieron perdonando. Los días anteriores al martirio insistieron a sus familiares en que debían perdonar, como ellos mismos lo hacían; y en los años siguientes los hijos de los mártires tuvieron oportunidad de hacerlo en numerosas ocasiones al ayudar a los familiares de los verdugos. Con ellos se eleva a 197 el número de mártires asturianos reconocidos, víctimas de la persecución religiosa de los años 30 del siglo pasado.

Beatificación en Madrid

El cardenal Amato no tardará en regresar a España. El 29 de octubre presidirá una nueva beatificación de mártires. Será en la catedral de la Almudena, en Madrid, y se elevará a los altares a cuatro monjes benedictinos de Silos (Burgos) que residían en el monasterio de Montserrat en la capital: los padres José Antón Gómez, Antolín Pablos, Rafael Alcocer y Luis Vidaurrázaga.

Está previsto que concelebren, entre otros, el arzobispo de Madrid, monseñor Osoro, y su obispo auxiliar, monseñor Martínez Camino; el arzobispo de Burgos, monseñor Fidel Herráez; el obispo de Bilbao, monseñor Mario Iceta, y el administrador diocesano de Osma-Soria, Gabriel Ángel Rodríguez Millán, diócesis natales de los nuevos beatos.