Sully. Un retrato del buen americano - Alfa y Omega

Sully. Un retrato del buen americano

Juan Orellana
Escena de 'Sully'
Sully salvó a los 155 pasajeros del vuelo 1549, pero sus superiores y él se preguntan si hizo lo correcto. Foto: Warner Bros.

Clint Eastwood es el John Ford de la posmodernidad. Obviamente hay muchas diferencias entre los dos estadounidenses que no tiene sentido enumerar aquí, pero el hecho es que el cine de ambos encarna, cada uno a su manera y en su tiempo, los valores tradicionales del idealismo norteamericano, que pasan precisamente ahora por un momento de crisis.

Detrás de las películas dirigidas y producidas por Eastwood subyace una antropología de perfiles muy precisos, y que responden al ideal clásico de buen americano, obviamente deudor de una cosmovisión cristiana: buen ciudadano, republicano, respetuoso con la ley, entregado a su familia, patriota incondicional, amante del trabajo bien hecho, buen compañero, solidario, y con una arraigada conciencia de pertenencia a un pueblo que valora por encima de todo la libertad. Eastwood no es un creyente practicante, pero no tiene ningún tipo de prejuicio o rechazo hacia una religiosidad sincera, por otra parte tan extendida en la cultura popular americana.

Sully es la última película dirigida y producida por Eastwood. El guion de Todd Komarnicki se basa en las memorias de Chesley Sully Sullenberger, coescritas con el periodista Jeffrey Zaslow en 2009, y tituladas Highest duty. En ellas, como en la película, se cuenta un suceso ocurrido en enero de 2009, y que convirtió a Sully en un héroe, al menos a los ojos de la opinión pública.

Sully era un piloto comercial que provenía de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Era experto en seguridad de vuelos, y el 15 de enero de 2009 se disponía a pilotar un Airbus 320 de US Airways con 155 pasajeros a bordo; era el vuelo 1549. Nada más despegar del aeropuerto de La Guardia de Nueva York, el avión chocó con una bandada de pájaros que dejaron inutilizados los dos motores del avión. El comandante Sully tuvo que decidir inmediatamente qué hacer, y optó por amerizar en el río Hudson, frente a Manhattan, con una temperatura exterior de seis grados bajo cero. Así lo hizo y nadie murió en ese accidente. Pero la investigación de la National Transportation Safety Board (NTSB) argumentó que el piloto podía haber regresado al aeropuerto y aterrizado en La Guardia. Si esa Comisión estaba en lo cierto, Sully debía acabar su carrera, y de héroe pasaría a ser un piloto irresponsable y temerario. El desarrollo de estas pesquisas es precisamente el núcleo argumental del filme.

Nadie mejor que Tom Hanks para interpretar a este caballero americano, buen profesional y padre de familia. Aaron Eckhart encarna a Jeff Skiles, el copiloto del avión, y Laura Linney hace de Lorraine, la esposa de Sully. La fotografía está a cargo de Tom Stern, un veterano profesional habitual de las producciones de Eastwood. La película tiene estructura de flashbacks y combina las imágenes tensas de la investigación, con la recreación espectacular del accidente. Pero lo que prima es el drama interior de Sully, que aunque está cierto de haber hecho lo correcto, llega a sentirse solo y atrapado. Una excelente y emocionante película para toda la familia.

Sully
Director:

Clint Eastwood

País:

Estados Unidos

Año:

2016

Género:

Drama

Público:

+7 años

Cartel de 'Sully'