«Concluye el Año Santo, pero no la misericordia» - Alfa y Omega

«Concluye el Año Santo, pero no la misericordia»

Las diócesis españolas clausuran el Jubileo extraordinario con la invitación de seguir sembrando el amor y el perdón de Dios, que no tiene límites

Fran Otero
El arzobispo compostelano, Julián Barrio Barrio, cierra la puerta santa, que no se volverá a abrir hasta 2021. Foto: EFE/Xoán Rey

Este domingo se clausuró en las diócesis de nuestro país el Año Jubilar de la Misericordia con el cierre de las respectivas puertas santas, por las que han pasado miles de personas, como signo visible. Una de las más emblemáticas es la de Santiago de Compostela, que clausuró el arzobispo Julián Barrio, y que no se volverá a abrir hasta 2021, con un nuevo Año Jacobeo. «La Puerta de la Misericordia como símbolo se ha cerrado, pero queda siempre abierta la puerta que es Cristo que nos llama a vivir en santidad y justicia todos los días de nuestra vida», afirmó el prelado. La ciudad del apóstol batió este Año de la Misericordia su récord de peregrinos, superando los 272.412 de 2010.

Otro de los templos que este año recibió gran cantidad de peregrinos fue la catedral de la Almudena, que cerró el Año Santo con una eucaristía el 12 de noviembre. El arzobispo de Madrid, el cardenal electo Carlos Osoro, recordó que la misericordia no se agota y que deberá estar «donde quiera que esté un cristiano». «La misericordia ha de ser el mensaje de la Iglesia, desde el que conquiste el corazón de los hombres. […] No es de extrañar, entonces, que el Señor nos proponga tres grandes tareas: honrar su nombre; dar a conocer la identidad de Dios, que es la misericordia; y mostrar la belleza verdadera que es Jesucristo. […] La misericordia vence, la misericordia cura, sana», afirmó durante la homilía.

El obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, siguió esta misma línea y afirmó que «termina el Año jubilar, pero no termina la misericordia», porque «es una actitud que debe estar presente en el corazón de cada creyente». «Si este año ha sido positivo, si nos ha acercado al corazón de Dios y a los demás, a partir de ahora puede ser una oportunidad maravillosa para ser testigos de la esperanza y la misericordia en medio del mundo», añadió. En cualquier caso, en la diócesis murciana no tendrán que esperar mucho para vivir otro año jubilar; en este caso, el de Caravaca de la Cruz, que comienza el próximo 8 de enero.

El 10 % para los pobres

En Valencia, la clausura la presidió el cardenal arzobispo, Antonio Cañizares, durante la que anunció que su archidiócesis destinará el 10 % de su presupuesto «a los pobres más pobres». Además, abrirá una casa-hogar para ancianos con hijos con discapacidad, dos albergues para jóvenes con adicciones y los colegios diocesanos durante el verano para alimentar a los niños y atenderles pedagógicamente.

Por su parte, el arzobispo Juan José Omella puso el énfasis en Barcelona en la necesidad de misericordia en el mundo ante «tanta violencia, tantos odios y enemistades, tanta falta de perdón, tantos muros de separación y tanta intolerancia e incomprensión». «Dios nos envía ahora como auténticos misioneros. La puerta no se cierra, queda abierta porque continuamos entrando y saliendo, de manera que podamos repartir y compartir la misericordia del Señor», apuntó. En Guadix, la clausura del Año Santo coincidió con la fiesta de su patrona, la Virgen de las Angustias. Su obispo, Ginés García Beltrán, hizo balance: «Ha sido un momento de gracia y renovación espiritual. […] No ha pretendido ser un Jubileo para nuestra complacencia, ni para mostrar nuestra fuerza, sino para celebrar la misericordia de Dios, que es eterna y para renovar nuestra vida por el testimonio».