Cardenal Osoro: «Siempre el otro tiene que ser más junto a ti, no menos» - Alfa y Omega

Cardenal Osoro: «Siempre el otro tiene que ser más junto a ti, no menos»

Rodrigo Pinedo

Varios centenares de peregrinos, procedentes de Cantabria, Orense, Oviedo, Valencia y, por supuesto, Madrid, han acompañado al arzobispo estos días en Roma, participando junto a él en el consistorio en el que el Papa lo creó cardenal y en la clausura del Año de la Misericordia. Este lunes por la mañana, en una Misa celebrada en el Colegio Español San José, el cardenal Osoro ha agradecido su calor y el «esfuerzo de venir aquí», y les ha recordado que el Señor, que es «el propietario de esta gran finca», nos invita a «contemplar, ver y dar».

«Hay que contemplarlo como Juan, que vio al cordero», según ha detallado. Se trata de estar en «permanente reverencia» a quien «nos hace cantar un canto nuevo». «Contemplemos a Nuestro Señor porque es el que da sentido a todo lo que acontece en nuestra vida. […] Dios hace que descubramos unos caminos muy diferentes a las nuestros», ha aseverado, reconociendo que, cuando decidió ser sacerdote, jamás imaginó que algún día sería cardenal.

Muchas veces, sin embargo, «el corazón del ser humano quizá esté puesto a otras cosas diferentes a lo que tiene que estar». No obramos como la «pobre viuda» del Evangelio del día, que daba dos monedas —«seguro que todo lo que tenía»— porque su corazón «estaba en Dios». «Levantemos los ojos» para mirar como Jesús, «es muy distinto ver con sus ojos a ver con nuestros propios ojos».

Entonces, «regalemos la vida para dar rostro al Señor». Como la viuda, «no demos lo que nos sobra, demos lo que somos», hay que reafirmarse en el «compromiso de dar, no retener». «Siempre el otro tiene que ser más junto a ti, no menos», ha añadido el cardenal Osoro.

El arzobispo de Madrid ha agradecido de nuevo la presencia de sacerdotes, amigos y familiares tanto de su tierra —con una mención especial a Azucena, que fue su catequista de Primera Comunión—, como de las distintas diócesis por las que ha pasado; hasta encontrarse ahora con la Virgen de la Almudena, que «lleva a romper muros».