Con 14 años se quedó embarazada y toda su familia presionaba para que abortase - Alfa y Omega

La Virgen es la que cuida a todas las mujeres que se ven presionadas por la sociedad desde que se quedan encinta. Una joven de mi parroquia, de 14 años, al enterarse de que se había quedado embarazada, vino a verme. Me lo contó bañada en lágrimas. No se lo esperaba. Yo la tranquilicé y le aseguré que el bebé no era solo de ella sino de todos nosotros, porque Dios nos ha dado un hijo y lo había puesto en su vientre.

Me fui con ella a ver a su familia. Se lo tomaron fatal. Todos se pusieron en contra. También el novio –el padre del bebé– se quería desentender del asunto. Incluso el médico que la atendía. Todos hablaban del problema. Había un problema y tenían que solucionarlo. Ya se entiende de qué forma: todos empujaban para que abortase. Ella se escapó de casa de sus padres. Al final se calmaron las aguas y la dejaron en paz.

Esta niña es admirable por su fortaleza. Todavía estaba embaraza cuando, llena de coraje, dio su testimonio y decía a los jóvenes que la escuchaban: «Aunque todos los que me querían se pusieron en mi contra, yo sabía que la Virgen y Dios me ayudarían, y gracias a la Iglesia, seguí adelante. Yo miraba a la Virgen embarazada y le decía: “Si tú has podido, yo también puedo”». Me impactó la seguridad que había adquirido al pasar por el trance de hacer frente a viento y marea. Después de contarlo, se le acercó una amiga y le confió que ella sí había abortado hacía unos meses. Le contó todos los terribles síntomas que sufrió después. Y le dio las gracias por haber sido valiente y no haber cometido el terrible error que ella ahora lamentaba. Estoy seguro de que la mujer que se acoge a la Virgen, seguirá adelante, sin temor a la vida.