¿Qué busca el Informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada? - Alfa y Omega

Informar: Mostrar a la opinión pública que, en el siglo XXI, se vulnera ampliamente un derecho fundamental, reconocido en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Defender este derecho asegura el derecho a creer y a practicar una fe…, y el derecho a no hacerlo. Destaco el papel que deberían tener los medios de comunicación dando cobertura constante y fiel no sólo a los hechos más llamativos (secuestros, asesinatos…), sino también a todo aquello que hace que millones de personas no disfruten de esta libertad.

Denunciar: No podemos callarnos por más tiempo. 200 millones de cristianos viven en países donde sufren persecución por su fe, y 50 millones más en países donde son discriminados por ese mismo hecho. El mundo moderno parece consentir que esto se dé, y no es consciente de una premisa inequívoca: cuando en un país se vulnera la libertad religiosa, se vulneran otros derechos humanos. La denuncia de esta realidad ante los Gobiernos occidentales y ante los de países que lo infringen es una obligación social. Los políticos, sea cual sea su ideología, deberían unirse en la lucha contra esta lacra. Organismos internacionales, la UE, la ONU y otros grupos supranacionales deberían hacer suya esta denuncia, instando con fuerza al restablecimiento de este derecho tan ampliamente violado. Las declaraciones de condena no bastan, y deberían ir acompañadas de sanciones políticas y económicas, que parece es uno de los pocos lenguajes que todos los Gobiernos entienden.

Iniciativas religiosas: No podemos dejar de lado nuestro principal recurso: la oración. Pidámosle a Dios con insistencia que desaparezcan los sufrimientos de cualquier creyente en el mundo que no puede practicar libremente su credo. Fomentemos las Vigilias de oración, las celebraciones, los vía crucis, Rosarios y misas, para rogar a Dios que ampare a quienes son perseguidos, y que nos conceda vivir en un mundo que respete las creencias religiosas de todos. Me parece fundamental instar a los líderes religiosos a que se comprometan con la defensa de la libertad religiosa. Se necesitan declaraciones de los líderes de cualquier religión, especialmente de los islámicos, que condenen la violencia y expresen que las vulneraciones no forman parte de su credo. Si no, sus fieles y el resto del mundo pensaremos que forman parte de lo mismo, y para muchos será una justificación para formar parte del grupo de los que consideran que su creencia religiosa excluye a las demás. Fomentemos los encuentros ecuménicos e interreligiosos para manifestar con libertad y respeto que hay valores esenciales en el ser humano que deben ser respetados por todos, si no queremos una Humanidad en declive.

En conclusión: este Informe sobre la libertad religiosa en el mundo es una llamada para que no cerremos los ojos ante una flagrante violación a un derecho humano fundamental. Ojalá no la ignoremos.