Crisis moral - Alfa y Omega

En los últimos tiempos, se ha producido una profunda crisis de la conciencia y vida moral de la sociedad española. (…) La Iglesia tiene en estas circunstancias una misión urgente: colaborar en la revitalización moral de nuestra sociedad. Para ello, los católicos deben proponer la moral cristiana en todas sus exigencias y originalidad. (…)

En el plano de la vida pública, hemos de referirnos a fenómenos tan poco edificantes como el transfuguismo, el tráfico de influencias, la sospecha y la verificación, en ciertos casos, de prácticas de corrupción, el mal uso del gasto público o la discriminación por razones ideológicas. (…) Todo esto está generando la amoralidad ambiental que destruye las convicciones morales más elementales, sin las que no es posible la pervivencia de una sociedad libre y democrática.

En nuestro momento actual, observamos una desmesurada exaltación del dinero. El ideal de muchos parece que no es otro que el de hacerse ricos o muy ricos en poco tiempo, sin ahorrar medios para conseguirlo. (…) Todo parece dominado por las preocupaciones economicistas, como si ésas debieran ser las aspiraciones principales y envolventes de la sociedad. Exponente de ello es la obsesión, elevada a categoría social, por un crecimiento cuantitativo que no asume los costos sociales ni se pregunta con realismo a quién perjudica y a quién beneficia. (…) Se exalta la especulación y se deja en un segundo plano el interés por la vida empresarial, con sus riesgos y con su capacidad productora de bienes, al tiempo que no se favorece el ahorro.

Es preciso denunciar, por otra parte, graves y escandalosas corrupciones, tales como algunas recalificaciones interesadas de terrenos, los negocios abusivos y fraudulentos derivados de tales recalificaciones, o la especulación en el campo de la vivienda, favorecida por oscuros intereses desde diversas instancias, a costa de los más débiles. (…) A esto habría que añadir la injusticia social y la insolidaridad creciente que causan desigualdades en el reparto de bienes y provocan nuevas bolsas de pobreza. También se da una injusta desatención a los extranjeros e inmigrantes que vienen a nuestro país en busca de medios de subsistencia.

De la Instrucción pastoral La Verdad os hará libres
(20-XI-1990)