«Los cristianos de Egipto se esperaban el atentado. Casi siempre suele haber uno en Navidad» - Alfa y Omega

«Los cristianos de Egipto se esperaban el atentado. Casi siempre suele haber uno en Navidad»

Expedita Pérez, misionera comboniana en Alejandría, pide a los españoles que recemos sobre todo por los terroristas, «para que el Espíritu les haga entender la dimensión del mal que hacen». Se ha quedado impresionada por «la respuesta de los coptos. Después del atentado decían: “Es un momento de gracia”»

María Martínez López
Foto: AFP Photo/Khaled Desouki

Los cristianos de Egipto «estaban esperando algo», porque casi siempre hay algún ataque en torno al 25 de diciembre o al 6 de enero, cuando católicos y ortodoxos celebran la Navidad. «Pero no nos lo esperábamos ahora». Habla a Alfa y Omega Expedita Pérez, misionera comboniana canaria destinada en Alejandría.

Después de conocerse la noticia del atentado contra la iglesia copta de San Pedro y San Pablo, anexa a la catedral ortodoxa copta de San Marcos, en El Cairo, que dejó 25 muertos. «Nuestros trabajadores venían con la moral por los suelos. Por la tarde iba a visitar a las familias» del vecindario, y «lo que tenía que haber sido un encuentro de fiesta fue para compartir el dolor. Pero también la esperanza. Me ha sorprendido fuertemente que la mayoría de ellos me decían: «En medio del dolor es un momento de gracia fuerte porque podemos decirle al mundo que creemos en Jesús resucitado. Nos confirma y nos hace crecer en la fe». Me pasé la tarde oyendo eso».

En Alejandría, como en El Cairo, «las iglesias se llenaron fuera de las horas de culto para decir: «No tenemos miedo, podéis venir a por nosotros»». Los fieles –añade la religiosa– «son receptivos cuando les hablamos de que también hay que rezar por quienes han hecho esto. Rezad desde España por las víctimas» y sobre todo por los terroristas, «para que el Espíritu les haga entender la dimensión del mal que hacen para que pueda haber un cambio en su vida».

Musulmanes indignados

«También para la comunidad musulmana ha sido un golpe tremendo. Están indignados. Muchos nos han llamado para decirnos que lo sienten. «Nadie puede hacer esto en nombre de Dios. No se dan cuenta del daño que nos hacen también a nosotros»», afirman los amigos musulmanes de la comunidad, según sor Expedita.

Los seguidores del islam están especialmente afectados –explica la misionera– por que el ataque haya sido el día que se conmemora el nacimiento de Mahoma. «Una señora me decía que el domingo sus hijos no quisieron salir a la calle a ofrecer bebida y plátano a la gente», una tradición en esta fiesta, «porque no podían estar de celebración un día de sufrimiento tan grande».

La hermana Expedita subraya que el ataque «no es de la comunidad islámica. El viernes habían matado a oficiales del Ejército y la Policía en las pirámides», y el martes tres hombres armados habían muerto en un enfrentamiento con la Policía en el sur del país.

La misionera comboniana Expedita Pérez. Foto: Archivo personal

«Estamos mejor»

Después del ataque, algunos manifestantes cristianos han acusado al presidente Abdel Fattah al-Sisi de negligencia. La religiosa destaca su papel positivo: «Fue él el que llamó al Papa copto ortodoxo, Tawadros, que estaba en Grecia, y le dijo que tenía que volver. Creo que nunca han ido mejor las cosas para los cristianos. Dentro de los límites que tenemos, hay más libertad, se han podido construir y renovar algunas iglesias en poco tiempo. Ha habido cambios, aunque no todos los que quisiéramos ni los que querría el presidente», constreñido por la oposición de grupos radicales.

«El Papa Tawadros ha agradecido mucho que el primero en manifestarle su dolor fuera el Papa Francisco», afirma sor Expedita. Durante estos días, añade, los medios se han volcado con el atentado, haciendo programas especiales. Varias cadenas retransmitieron el funeral. Pero no todo el interés ha sido positivo: «Una mujer me ha contado que el lunes, durante el funeral dos periodistas intentaron entrar en la iglesia riéndose. Uno de ellos es conocido porque habla muy mal de los cristianos», y la gente los atacó.