Para una evangelización renovada - Alfa y Omega

Para una evangelización renovada

Uno de los hitos de la labor del cardenal Rouco al frente de la diócesis de Madrid ha sido la creación de la Universidad San Dámaso, que ofrece su servicio académico y eclesial a otras diócesis del resto de España y de otros países del mundo. Sobre el «alcance misionero de la obra universitaria» del cardenal Rouco escribe don Javier Prades, Rector de la UESD

Javier María Prades López
Don Antonio, con el Rector de San Dámaso, entregan al Papa Francisco la Medalla de la Universidad, el pasado 31 de enero

Durante los últimos 18 años, la intervención del Decano de la Facultad de Teología o del Rector de la Universidad en la ceremonia de inauguración del curso académico concluía siempre con unas palabras de agradecimiento hacia el Gran Canciller de la Universidad San Dámaso (UESD), el cardenal Antonio María Rouco Varela. Ni en el caso de mis predecesores, ni en el mío propio, esas palabras han sido nunca protocolarias.

No cabe duda de que este año, al coincidir con la aceptación de su renuncia al ejercicio del ministerio episcopal como arzobispo de Madrid por parte del Santo Padre, esas palabras de saludo han adquirido otro significado. Resumen de algún modo los jalones de un camino largo y fecundo, que nos ha traído hasta la realidad que hoy conocemos. Durante los años de su ministerio en Madrid, el cardenal ha promovido, en efecto, las ciencias eclesiásticas como una parte central de su servicio pastoral a la archidiócesis de Madrid y a la Iglesia en España, buscando favorecer el imprescindible diálogo entre la razón y la fe para una evangelización renovada.

El primer fruto de esa solicitud fue la erección, en 1996, de la Facultad de Teología San Dámaso, que permitía a la archidiócesis disponer, por primera vez en su historia, de una institución superior de estudios universitarios eclesiásticos. El desarrollo prosiguió sucesivamente con la erección del Instituto de Derecho Canónico ad instar Facultatis, convertido luego en Facultad, y de las Facultades de Filosofía y de Literatura Cristiana y Clásica San Justino. El proceso culminó en 2011, en vísperas de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, con la erección, por parte de la Congregación para la Educación Católica, de la Universidad, que integraba las cuatro Facultades así como el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, con sus dos secciones, presencial y a distancia. A través de cada uno de estos centros, la UESD presta su servicio académico y eclesial a los seminaristas, sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos de la archidiócesis y de la Provincia Eclesiástica. En los últimos años, dicho servicio se ha extendido a estudiantes provenientes de distintos lugares de España, de América Latina, de África y de otros países de Europa. Basta evocar el recorrido de estos escasos veinte años para comprender el alcance misionero de la obra universitaria del cardenal Rouco.

Los Papas, testigos cualificados

La comunidad académica de San Dámaso quiere expresar su reconocimiento por el impulso de gobierno pastoral que ha permitido llegar a este resultado tan prometedor para el futuro, así como de gratitud por la cercanía, la prudencia y el respeto a los profesores, los alumnos y al personal de administración y servicios. De este modo, el cardenal ha contribuido a favorecer un clima de comunión eclesial y de continua tensión hacia la calidad docente e investigadora. Los Centros de la UESD están haciendo un esfuerzo, en sus respectivos campos de trabajo, para responder al mejor desarrollo presente y venidero de la Universidad, en la cual la investigación debe ocupar un lugar privilegiado.

Si hubiera que concluir con un juicio de valor sobre este recorrido académico y eclesial, se podría apelar a muchos criterios, pero puede ser suficiente con recordar la valoración de dos testigos máximamente cualificados. El Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco, en sendas audiencias, han manifestado gran afecto por la UESD, como uno de los aspectos más importantes del ministerio pastoral del cardenal Rouco, y han confirmado su estima por la contribución que la UESD representa para la vida y el futuro de la Iglesia, con signos de mucha cercanía. Se podrían recoger tantos otros testimonios pero no creo que ninguno pudiera superar en concisión y significado al de la gratitud que han expresado los dos Pontífices.