El ayuntamiento de Valencia quiere silenciar las campanas - Alfa y Omega

El ayuntamiento de Valencia quiere silenciar las campanas

Vecinos de la iglesia de San Nicolás de Valencia se rebelan contra el alcalde por prohibir los tañidos debido a la «contaminación acústica»

ABC
Imagen del campanario de San Nicolás. Foto: Rober Solsona

En el barrio de la Seu de Valencia impera un silencio inquietante que desconcierta a los vecinos desde el pasado viernes. Las campanas de la iglesia de San Nicolás, situada en una de las calles más emblemáticas de la zona, llevan sin dar ni un repique desde que el Ayuntamiento requirió al párroco, Antonio Corbí, el cese de los tañidos, bajo el argumento de que incumple la ley de Protección contra la Contaminación Acústica.

El Consistorio tomó la decisión tras recibir la queja de un vecino al que le molestaba el sonido proveniente del campanario que alberga la conocida como «Capilla Sixtina valenciana», una de las parroquias más antiguas de la capital del Turia, construida en el siglo XIII y declarada en 1981 Monumento Histórico Artístico Nacional.

La imposición del Gobierno de Joan Ribó y el consiguiente silencio de las campanas han indignado a Teresa Gascó, vecina del barrio que encabeza la recogida de firmas para que el Ayuntamiento rectifique. «Nos están robando el patrimonio cultural sonoro de la ciudad. Con esta prohibición solo consiguen degradar todavía más el barrio, lleno de turismo barato y de borrachos que dejan las calles sucias por las noches», explica Gascó a ABC mientras ofrece hojas de rúbricas a los vecinos que se acercan a un horno de la calle Caballeros para unirse a la demanda. En apenas 15 minutos cuatro personas entran y preguntan dónde pueden firmar. «He visto el tema en Facebook y quiero participar. No es que no me molesten las campanas, sino que me encantan». Los vecinos no entienden cómo puede molestar un sonido tan «armónico y complejo», que tan solo suena tres veces a lo largo del día.

En cuarenta y ocho horas se han recogido más de doscientas firmas y Gascó espera sumar muchas más para presentarlas al alcalde, que pidió ayer que las iglesias reduzcan el volumen del sonido de sus campanas para que puedan seguir tocando como solución «de consenso» tras la polémica.

Por su parte, el párroco Antonio Corbí advirtió de que San Nicolás presentará alegaciones a la prohibición que cumplen desde hace seis días. Pedirá que se excluyan de la normativa los campanarios con gran valor histórico y, en concreto, el de San Nicolás, en el que «sus campanas no suenan en un horario abusivo». El párroco no se explica cómo es posible que el gobierno municipal «ataque» a la parroquia después de que la Generalitat aprobara su restauración hace año y medio. «No es una cuestión acústica, sino ideológica».

Ade Palomar / ABC