«Salid y anunciad el rostro de Dios» - Alfa y Omega

«Salid y anunciad el rostro de Dios»

El cardenal Osoro, a los miembros de Comunión y Liberación, en el XII aniversario de Don Giussani

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

«Este aniversario nos permite ver la Iglesia a la luz de Don Giussani», señaló el cardenal Osoro este martes en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, de Madrid, con motivo de los doce años del fallecimiento de monseñor Luigi Giussani, y los 35 del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación.

La Iglesia hoy «sigue haciéndose preguntas y puede ver qué valores se están derrumbando, pero no para llorar, sino para hacer como hacía Don Giussani: ver qué cualidades nos hacen mejores personas y más capaces de construir la historia: libertad, generosidad, solidaridad». Para el cardenal, estos «son valores que nos hacen capaces de abrazar al otro en la diversidad, nos hacen relacionarnos con los que son diferentes, y nos hacen salir de muchos esquemas que tenemos ya hechos, y que hacen la vida más humana y menos dura».

Según el arzobispo de Madrid, «la Iglesia suscita en el corazón humano el deseo de plenitud, de vida, de amor y de reconciliación, para que los hombres nos veamos como hermanos y no como extraños o enemigos. La Iglesia es capaz de enjugar las lágrimas de las situaciones en que viven los hombres. Esta Iglesia es la que con tanta pasión y tanta lucidez quiso Don Giussani, a través de la Fraternidad de Comunión y Liberación».

Asimismo, aludió a la dimensión evangelizadora del fundador de CL y pidió a sus seguidores que la continúen, pues «entregar la belleza de lo que es el ser humano fue la pasión de Don Giussani. Comunión y Liberación tiene experiencia de la belleza que Dios da al hombre. Acoged y entregar esta belleza. A este mundo hay que regalarle la belleza que necesita para vivir como hijos de Dios. Sed puentes, la belleza de este mundo se consigue construyendo puentes. Salid y anunciad el rostro de Dios mismo. ¡Cómo cambia la vida cuando entra Jesucristo! Vamos a pedirle a Don Giussiani que nos siga echando una mano, y que nos dé esa riqueza de vida que Dios le dio».