«El Señor nos dice que nos levantemos juntos y vayamos al mundo» - Alfa y Omega

«El Señor nos dice que nos levantemos juntos y vayamos al mundo»

La catedral de la Almudena acogió este domingo la clausura en Madrid de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, con un claro tono misionero. Tanto monseñor Carlos Osoro como el reverendo Diego Teruel, encargado de la predicación, subrayaron no sólo que la unidad es necesaria para hacer creíble el Evangelio, sino que todas las Iglesias y comunidades cristianas comparten esta llamada a anunciar la Buena Noticia a tantas personas que tienen sed

María Martínez López

«Hoy es un día de gozo para todos nosotros, porque estamos haciendo ecumenismo de la oración». Con estas palabras mostraba su alegría el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, al final de las vísperas solemnes celebradas en la catedral de Nuestra Señora de la Almudena, con las que concluía la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos. En una breve intervención, monseñor Osoro explicó que la unidad «nos la tiene que regalar» Dios, aunque «tenemos que estar abiertos nosotros a vivir y a acoger ese regalo y ese deseo del Señor, que en sus últimos momentos nos dio a todos los cristianos: que fuésemos uno».

Recordando el final del relato de la samaritana y cómo muchos de sus vecinos creyeron en Jesús por su testimonio, monseñor Osoro explicó que «nosotros, reunidos aquí esta tarde, queremos mover el corazón de tantos y tantos hombres, que solamente se acercarán a nuestro Señor si nos ven unidos».

El reverendo Diego Teruel, durante la homilía

En este sentido, subrayó que «haremos creíble al Señor si guardamos su mandato. La Iglesia, como tantas veces nos está repitiendo el Papa Francisco, tiene que ser una Iglesia que sale al mundo. Hoy el Señor nos ha dicho a nosotros también que nos levantemos juntos y que vayamos a este mundo. Nos ha dicho que otro mundo es posible, y Cristo puede hacer posible ese otro mundo; pero tenemos que vivir y acoger esa unidad y ese deseo que el Señor tiene para todos nosotros».

«Recipientes de agua viva» para calmar la sed de los hombres

Como es costumbre en los actos del Octavario en Madrid, la homilía del encuentro corrió a cargo de un pastor de otra confesión. En este caso, del reverendo Diego Teruel, del presbiterio de Madrid y Extremadura de la Iglesia Evangélica Española. En su predicación, el reverendo Teruel hizo alusión al cántaro con el que la samaritana sacó el agua del pozo, y explicó que «nosotros somos recipientes que contienen la promesa del Señor para hacer que otros beban el agua viva. Nosotros también tenemos que esforzarnos por proclamar la Buena Noticia: Jesús vive, y busca a cada hombre y cada mujer para darles la vida eterna».

También afirmó que concluir la Semana por la Unidad en la catedral católica y en presencia del obispo era un broche de oro no sólo para el octavario en sí, sino para un año en el que se había dado un paso importante como la firma de una manifiesto conjunto de todas las confesiones cristianas presentes en España sobre la corrupción. Y añadió que «deberíamos finalizar el octavario con un ferviente deseo: que el de este año no sea uno más, sino que sea motivo para dar agua viva a los que no la tienen. He visto con mis propios ojos lo que Jesús puede hacer en la vida» de alguien que recibe esta agua.