Ha fallecido José María, padre de los 18 hijos de la familia Postigo-Pich - Alfa y Omega

Ha fallecido José María, padre de los 18 hijos de la familia Postigo-Pich

Publicamos el testimonio que dieron de su vida familiar en Alfa y Omega hace pocos años

Redacción

«Dios es nuestro Padre. Es muy bueno aunque a veces no entendemos. Hace una hora Chema se nos ha ido al Cielo para siempre, para siempre, para siempre… No sabemos bien lo que Dios nos tiene preparado a los que son fieles. Os quiero volver a agradecer todo vuestro apoyo, oraciones y cariño. Si hemos conseguido llevar con paz esta situación es porque mucha gente ha estado rezando. Continuamos contando con vuestras oraciones. ¡Gracias!»: así se ha despedido Rosa Pich-Aguilera de su marido José María, con quien ha compartido toda una vida en común y que dieron vida a su vez a 18 hijos. Publicamos el testimonio que dieron de su vida familiar en Alfa y Omega hace pocos añosLo primero que dice Rosa Pich-Aguilera, cuando empieza a contar los pormenores de su vida familiar, es que «nosotros nos lo pasamos bomba». Ella y su marido, José María Postigo, han contado en el Congreso su experiencia como padres de una familia muy numerosa: 18 hijos.

Rosa cuenta a Alfa y Omega que, en estos tiempos en que «cada vez hay más niños con depresiones y con problemas de autoestima», resulta «más fácil educar una familia numerosa, pues aumenta la felicidad y el amor que supone el darse al otro; los niños crecen más responsables y piensan más en los demás; no los educamos en el consumismo, sino que cuidan de las cosas que tienen porque saben que le tienen que servir a otro hermano; y aprenden a espabilarse antes». Además, «ante las dificultades, hacemos piña, y los problemas se pasan mejor, entre todos nos ayudamos».

En el día a día, «no llevamos una vida monótona, disfrutamos de estar todos juntos, tiramos adelante con alegría y con humor, sin pensar en que vamos a ser felices cuando hagamos esto o lo otro, sino que pensamos que Dios nos ha creado para disfrutar del aquí y ahora, tomando un arroz con tomate y unas croquetas», señala.

Rosa lamenta que «nos faltan modelos de familia feliz; el modelo hoy es una familia egoísta que se mira el ombligo. Perdemos la riqueza y la alegría de pasárnoslo bien cuando somos muchos. Los niños crecen de otra manera, son alegres, des-complicados, no se preocupan de sí mismos, aprenden a ceder y a compartir». Por eso, al que duda ante tener o no otro hijo, Rosa le recomienda «no dejar que el ambiente se entrometa», y «pensar a largo plazo. Los primeros años, los más difíciles, pasan rápido. Y luego tienes hijos para siempre, para siempre. ¡Es tan impresionante! Además, Dios no se deja ganar en generosidad».