«Mis amigos me dejaron de lado, no era bienvenida en la escuela» - Alfa y Omega

«Mis amigos me dejaron de lado, no era bienvenida en la escuela»

A Sunita, india de 16 años, no le dejaban ni sacar agua del pozo. Era una apestada. Tenía lepra. Gracias al trabajo de la Asociación Fontilles ha recuperado la sonrisa y se le abre un nuevo futuro, un futuro sin lepra, como se resalta en la última campaña de la asociación con motivo del Día Mundial Contra la Lepra

José Calderero de Aldecoa

Sunita «tenía una úlcera en el pie que no mejoraba, tras 6 meses mi familia me llevó al hospital, allí me diagnosticaron lepra y me dieron un tratamiento para doce meses. Completé el tratamiento pero desarrollé más síntomas: la piel de mi cara se oscureció notablemente, los dedos de las manos se deformaron. Me deprimí mucho. Mis amigos me dejaron de lado, no era bienvenida en la escuela y no me dejaban sacar agua del pozo. Un miembro de mi comunidad nos habló de un centro en Nepal que colabora con la Asociación Fontilles, allí estuve 8 meses y hoy puedo decir que he vuelto a vivir».

Tras estas palabras se esconde la historia de Sunita, una niña india de 16 años que, gracias a los cuidados recibidos, podrá seguir con su futuro sin que la lepra le haya marcado de por vida. La joven recibió tratamiento en el Hospital de Lalgad, gestionado por la organización local Nepal Leprosy Trust y con la que la Asociación Fontilles, con sede en España, colabora sobre el terreno.

«Es muy tranquilizador —asegura Sunita— estar en el hospital rodeada de gente que sabes que no te va a juzgar por tener lepra. Tendré que volver a la escuela después de tanto tiempo y los niños se burlarán de mis manos. Tengo ganas de aprender un oficio, diseño de joyas o costura, que me permita ser autosuficiente».

Sunita ha sido operada para enderezar los dedos de sus dos manos y uno de sus pies. También ha participado en fisioterapia post-operatoria intensiva para ayudarle a recuperar la posición y el funcionamiento de sus manos y pies. Ahora está pendiente de una operación en el otro pie y una segunda operación en una de sus manos. Durante el tiempo que ha durado su rehabilitación, Sunita ha aprendido a curar sus propias heridas y a evitar futuras discapacidades. Sin embargo, y pese a que ha perdido el miedo a curarse, sigue preocupada sobre la posibilidad de desarrollar úlceras en el futuro y el rechazo social que esto puede generar. Sunita permanecerá aún 4 meses más en el hospital.

La Asociación Fontilles lleva trabajando 100 años contra esta enfermedad. Ayer, 25 de enero, se celebró el Día Mundial Contra la Lepra y Fontilles quiso llamar la atención, con su campaña Un futuro sin lepra, superando barreras, sobre las terribles consecuencias —físicas y sociales— que afectan a las personas con lepra. Desde la asociación quieren conseguir, entre otras muchas cosas, que la gente no rechace a personas como Sunita.

El Papa Francisco, durante el rezo del ángelus de ayer, también se solidarizó con los enfermos y expresó su «cercanía a todas las personas que sufren por esta enfermedad, así como a aquellos que cuidan de ellos, y a quienes luchan para eliminar las causas del contagio, es decir, las condiciones de vida no dignas del hombre».